20 de noviembre 2024 - 10:55hs

Un reciente estudio liderado por el Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro, en Seattle, reveló que el Alzheimer progresa en dos fases distintas y que un tipo específico de neuronas, las inhibitorias de somatostatina, es particularmente vulnerable. Mariano Gabitto, investigador argentino y coautor de la investigación publicada en la revista Nature Neuroscience, dialogó con El Observador sobre los hallazgos y sus implicancias.

“En la última década, se han elaborado mapas detallados que describen los distintos tipos de neuronas presentes en el cerebro humano. Basándonos en estos mapas, nuestro estudio analiza qué clases de neuronas son especialmente vulnerables a las patologías características de la enfermedad de Alzheimer en una región específica del cerebro: el giro temporal medio. Este enfoque ofrece una perspectiva complementaria de la enfermedad, centrada en las clases de neuronas y su vulnerabilidad, en contraste con la visión predominante que pone el énfasis exclusivamente en las patologías”, explicó Gabitto, que estudió física en la UBA y realizó un máster en la Universidad de California, un doctorado en la Universidad de Columbia y un post doctorado en Harvard.

El equipo de casi 100 científicos que examinó células de 84 cerebros de personas fallecidas, encontró que las neuronas inhibitorias de somatostatina comienzan a desaparecer en las primeras etapas de la enfermedad. Esto podría generar un desequilibrio en la actividad cerebral, afectando funciones críticas como la memoria y el pensamiento.

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“Al dirigir nuestra atención no solo a las patologías de Alzheimer, sino también a las neuronas más susceptibles a la enfermedad, esperamos que en el futuro podamos desarrollar terapias orientadas a proteger estas neuronas y retrasar los efectos terribles de la enfermedad”, afirmó el investigador argentino.

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Un equipo de casi 100 científicos examinó células de 84 cerebros de personas fallecidas.

Un equipo de casi 100 científicos examinó células de 84 cerebros de personas fallecidas.

El investigador argentino también se refirió al rol que ocupará la inteligencia artificial en futuros estudios sobre enfermedades neurodegenerativas. Al respecto, Gabitto consideró que la IA desempeñará un papel cada vez más fundamental en la investigación al ayudar en la interpretación de la enorme cantidad de datos generados. “En el caso particular de nuestro estudio, hemos desarrollado algoritmos de IA para analizar y ordenar los efectos que ocurren a medida que aumenta la patología de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro. Esto nos permitió interpretar eventos que suceden a lo largo de décadas conforme avanza la enfermedad. Además, diseñamos algoritmos para clasificar los tipos celulares y analizar cómo varía la expresión de numerosos genes en estas células”, afirmó.

Al ser consultado sobre las implicaciones de estos hallazgos para otros trastornos cerebrales relacionados con desequilibrios excitatorios e inhibitorios como la epilepsia, el investigador argentino aseguró: “Nuestro estudio revela que una clase de neuronas inhibitorias, responsables de modular la actividad de los circuitos neuronales, es particularmente vulnerable y se pierde en las primeras etapas de la enfermedad. Estas neuronas se identifican por la presencia (o transcripción) de un gen llamado Somatostatin (Sst). La pérdida de estas células podría generar un desequilibrio en el balance entre la excitación y la inhibición en los circuitos neuronales, convirtiéndolas en un objetivo clave para el desarrollo de terapias protectoras”.

El estudio también identificó la relación de las neuronas de somatostatina con el gen HCN1, vinculado al equilibrio de la actividad neuronal y a trastornos epilépticos. Al respecto, el investigador argentino comentó: “Es posible, aunque especulativo, que las terapias diseñadas para combatir el Alzheimer puedan ser reutilizadas en el tratamiento de la epilepsia”.

Además, Gabitto señaló cuánto tiempo podría tomar convertir estos hallazgos en tratamientos efectivos. “Es difícil predecir el ritmo de los avances científicos, que progresan a una velocidad cada vez mayor. Mi esperanza es que, en la próxima década, logremos una comprensión más profunda de los eventos que acompañan a la enfermedad, se desarrollen biomarcadores más precisos para su diagnóstico y se evalúen opciones más efectivas para su tratamiento. Tal vez podamos soñar con que, en la segunda década, alcancemos un avance significativo en la lucha contra esta enfermedad”, dijo.

Finalmente, Gabitto destacó el carácter multidisciplinario del estudio y la importancia del trabajo en equipo. “Este estudio es el resultado de una colaboración entre neuropatólogos, médicos clínicos que investigan los correlatos cognitivos de la enfermedad, neurocientíficos teóricos y experimentales, y científicos especializados en el desarrollo de algoritmos estadísticos y computacionales para el análisis de datos. Además, es importante resaltar que los datos y los algoritmos generados en esta investigación son fácilmente accesibles para la comunidad científica. Esperamos que este estudio se convierta en un recurso clave para contrastar y validar futuras investigaciones sobre la enfermedad de Alzheimer”, concluyó.

El avance científico que lidera Gabitto abre una puerta hacia tratamientos más tempranos y efectivos para combatir el Alzheimer, mostrando que la integración entre neurociencia, tecnología e inteligencia artificial puede marcar un antes y un después en la comprensión de esta enfermedad.

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Alzheimer investigación científicos Inteligencia Artificial

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