Por primera vez en casi dos décadas, desde la crisis fulminante del 2008, despunta en Europa lo que podría ser el inicio de una ola de consolidación bancaria. Pero quienes gobiernan se están encargando de frustrarla.
Mega-fusiones que chocan con el veto oficial, cuando el mercado está demasiado fragmentado y necesita ganar escala. Un proceso que ya se dio en Wall Street, donde hoy los bancos valen más en bolsa.
La prédica de la Unión Europea no cala. En España, en Italia, en Alemania, los gobiernos se resisten. El fenómeno de aversión política tampoco repara en la oportunidad perdida de operaciones transfronterizas que potencien a las entidades con la integración regional.
Como advierte el propio Banco Central Europeo, al final de cuentas, aumenta el riesgo de compras extranjeras y una mayor exposición de otros países en los bancos del bloque.
Europa frena la ola de consolidación en un mercado que necesita escala
Pedro Sánchez en España fue el primero hace ya un año con la oferta de BBVA por Sabadell.
Con el visto bueno del regulador en materia de competencia, ahora es el turno del presidente de decidir. Tiene tiempo hasta finales de junio para hacerlo. Es su facultad frenar el acuerdo o imponer restricciones.
Lo que trascendió es que Sánchez es partidario de que Sabadell se una a otro banco doméstico para evitar la toma de control. Se dice que hubo conversaciones con accionistas de otros bancos (UniCaja) pero luego fueron desmentidas.
No sería de extrañar, de todos modos, que Sabadell se esté moviendo para encontrar el partido justo que le saque de encima al BBVA.
Ahora, los resultados de la consulta pública le darán a Sánchez quizás el respaldo que necesitaba para rechazar la propuesta del gigante bancario con la red del apoyo popular.
La siguiente fue Alemania, quien en septiembre dijo haber sido sorprendida cuando el italiano UniCredit compró un paquete importante de acciones del Gobierno en Commerzbank.
El antiguo canciller Olaf Scholz, que en su momento había abogado por hacer realidad la Unión Bancaria Europea, criticó la movida como hostil.
El nuevo gobierno bajo el canciller Friedrich Merz también dejó claro que no piensa suavizar la postura de su antecesor. Commerzbank permanecerá independiente y alemán.
Italia fue la última en sumarse cuando la oferta no solicitada de Unicredit por Banco BPM en noviembre vino a estropear los planes de la primera ministra Giorgia Meloni, que pensaba utilizar a la entidad como base de un nuevo gran grupo bancario en el país.
Meloni, que había criticado a Berlín por oponerse a la compra de Commerzbank, no tuvo reparos en imponer tales condiciones a la adquisición de BPM que UniCredit finalmente se bajó de la operación.
Francia se abre y pide fusiones transfronterizas para la integración
¿Por qué se oponen los gobiernos? Los motivos varían de un caso a otro pero por lo general suele influir el papel que el blanco de la oferta juega a nivel doméstico.
Por ejemplo, el gobierno alemán insistió en la importancia del rol del Commerzbank para el financiamiento de la economía local, mientras que en España, Sánchez se mostró preocupada por qué ocurriría con las condiciones crediticias para las pequeñas y medianas empresas, el foco de negocios del Sabadell.
El único que se desmarca es el presidente francés, Emmanuel Macron. Más de una vez dijo públicamente que estaría abierto a que un gran banco francés fuera comprado por un rival europeo.
Está convencido de que las compras transfronterizas y la consolidación bancaria, con la integración que propician, son lo que necesita Europa ahora.
En Francia están algunos de los bancos más grandes de la zona euro, como el BNP Paribas con un balance de 2,7 billones de euros, capaz de competir con el PBI de varios países.
Sin embargo, su valor de mercado de 80.000 millones de euros lo obliga a mirar desde lejos a los grandes bancos estadounidenses.