La gestión de Javier Milei, el “personaje” ignoto y algo excéntrico que no hace tanto intrigaba a la comunidad internacional, cosecha nuevos elogios por el ajuste que aplicó en la Argentina, lejos de las recetas populistas.
Esta vez fue el Banco de España el que destacó la rápida caída de la inflación que logró la Argentina.
Pero la entidad encabezada por José Luis Escrivá, ex ministro de Pedro Sánchez, -con toda una colección de cortocircuitos con el presidente argentino- no deja de recordar que el cepo perdura y el atraso cambiario se acumula nuevamente en la Argentina.
A grandes rasgos, la entidad monetaria enfatiza la veloz reducción de la inflación gracias al ancla fiscal, lo que hizo posible que la economía empezara a levantar cabeza en el segundo semestre del año pasado.
Impresionados por la baja de la inflación y el equilibrio fiscal
Dice el documento: ”El plan de ajuste del Gobierno argentino (recortes del gasto público y fuerte devaluación del tipo de cambio oficial) logró reducir rápidamente la inflación, que pasó del 25% intermensual en diciembre de 2023 al 2,2% en enero de 2025”.
Y explica que las expectativas de inflación convergieron hacia una tasa del 2% mensual, que coincide con la tasa de devaluación oficial, gracias a la mayor credibilidad derivada del hecho de que durante el año 2024 se alcanzó el equilibrio fiscal.
De todos modos, apunta que es necesario “hacer más sostenible el gasto público (principalmente salarios y pensiones), así como las relaciones fiscales con las provincias”.
En relación a la inflación, aún cuando los resultados obtenidos por la gestión Milei son impactantes, es preciso recordar que Argentina viene de registrar un aumento de precio anual fue del 133,5% en 2023 y 229,8% en 2024 para caer a 62,7% según las previsiones del FMI en su informe de octubre.
Según las últimas proyecciones del FMI, la inflación en Argentina caería de 62,7% a 31,8% en 2026 pero desde entonces se aceleraría a 102%, 113% y 125,9% en los años siguientes. Según las últimas proyecciones del FMI, la inflación en Argentina caería de 62,7% a 31,8% en 2026 pero desde entonces se aceleraría a 102%, 113% y 125,9% en los años siguientes.
A su vez, el organismo proyecta que la inflación se reduciría a la mitad para el año siguiente a 31,8% pero desde entonces emprendería un camino ascendente que la llevará a 102%, 113% y 125,9% en los años siguientes.
Por otro lado, si comparamos con lo que ocurre en América Latina, hoy la media es de 8,5% anual.
La inflación más alta corresponde a Colombia (4,5%) y a Chile (4,2%), mientras que la más baja, envidia de cualquier europeo, es la peruana, de 1,9%.
El informe del Banco de España también menciona las numerosas reformas estructurales tendientes a la desregulación económica y una recuperación del consumo y la inversión que dieron impulso a la actividad en la segunda mitad del 2024.
Argentina será, por lejos, el país latinoamericano que más crecerá en estos dos años. Es que viene de una contracción de 3,5%. De ahí el despegue esperado para este año (5%) y el que viene (4,7%).
En la región, aunque se mantendrán buenas tasas de crecimiento, habrá en general una leve desaceleración.
Brasil, por ejemplo, pasará de 3,7% a 2,2%, el caso más marcado. La excepción es Colombia, que incrementará su PBI de 1,6% a 2,5%.
Advierten que sigue el cepo y el tipo de cambio vuelve a atrasarse
Uno de los comentarios más interesantes del documento del ente regulador español está relacionado con el mercado cambiario argentino.
Allí desliza un escenario que se repitió infinidad de veces en la Argentina cíclica, pero que significaría más que un tropiezo para la gestión de Milei. Sería repetir una vieja trampa.
Así dice: ”Persisten los controles de capitales y el tipo de cambio efectivo real se ha apreciado considerablemente desde diciembre de 2023 hasta situarse en niveles más apreciados que su media histórica. Por tanto, si el atraso del tipo de cambio se resolviera con una fuerte depreciación del tipo de cambio nominal que desanclara las expectativas de inflación, ello podría poner en peligro el programa de ajuste”.
En una palabra, el atraso cambiario se acumula. Hay un ancla fiscal, es cierto. Pero el tipo de cambio sigue sin flotar.
Los argentinos aún están “anclados” por el cepo. El peor escenario sería tener que recurrir a otra devaluación brusca que se traslade a la inflación, plantean.
Si hay algo que ocurre con la velocidad del instinto en la Argentina es la remarcación de los precios.