¿Quién es Ernesto de Hannover?
Es un príncipe alemán conocido por su vínculo con la realeza europea, fue pareja de Carolina de Mónaco. A lo largo de los años, ha sufrido problemas de salud significativos que han requerido hospitalizaciones reiteradas.
En 2005 sufrió una pancreatitis aguda que lo llevó a un coma. En 2011 fue hospitalizado en Ibiza por fuertes dolores abdominales. En 2016 fue sometido a una operación cardíaca urgente y en 2018 volvió a ser internado en Austria por inflamación pancreática severa. Estos antecedentes muestran un patrón de dolencias crónicas y complicaciones severas.
El 25 de mayo fue ingresado de urgencia en la Clínica Ruber Internacional en Madrid, clínica donde también fue atendido en abril. Su pareja ha negado que este ingreso tenga relación con una cirugía reciente y ha mencionado que el problema es por una dolencia crónica no especificada.
¿Qué había pasado en su hospitalización anterior?
En abril, Ernesto estuvo internado 20 días, incluido un paso por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tras presentar un deterioro importante en su salud. Fue dado de alta tras una mejoría, aunque su estado general sigue siendo frágil.
¿Cuál es la reacción del entorno y los medios?
Existe preocupación tanto en su familia como en el ámbito mediático por el delicado estado de salud que ha mostrado en los últimos años. Hasta ahora, ni la clínica ni su entorno familiar han emitido partes médicos oficiales con detalles específicos sobre su condición actual.
Cómo sigue
El futuro inmediato del príncipe Ernesto de Hannover depende de los resultados y la evolución clínica tras su ingreso reciente. La incertidumbre sobre la naturaleza exacta de su dolencia mantiene en alerta a su círculo cercano y a la prensa especializada. Se espera que en los próximos días se den a conocer partes médicos oficiales que puedan arrojar más luz sobre su estado. Mientras tanto, la situación subraya la vulnerabilidad prolongada de su salud, que ha sido un tema recurrente en su vida durante las últimas dos décadas. Su tratamiento y recuperación dependerán de la respuesta a la hospitalización actual, y cualquier desarrollo podría generar nuevos movimientos tanto en el ámbito médico como en el mediático.
