La selección española se deshizo de Francia (5-4) y se enfrentará con la Portugal de Cristiano Ronaldo, en una final inédita en la cuarta edición de la Liga de Naciones, la tercera consecutiva para la Roja, que defiende corona y decidirá con su rival en la cita de Múnich qué país es el primero que conquista dos ediciones.
La goleada de España ante Francia, que lleva al equipo de Luis de la Fuente a la final de la Liga de Naciones, se dio probablemente en uno de los partidos más locos de la historia del fútbol, lleno de alternativas por parte de ambos equipos.
Seguramente, muchos espectadores en los primeros 20 minutos debieron pensar que todo hablaba a favor de Francia que había tenido varias grandes ocasiones, pero se había encontrado varias veces con un gigantesco Unai Simon y una vez con la escuadra ante un remate de Theo Hernández.
La tormenta española
Pero entonces vino el gol de Nico Williams, en una gran jugada por la derecha de Lamine Yamal. Y poco después Milkel Merino marcó el segundo.
En los primeros minutos del segundo tiempo el balón atravesó varias veces el área española en centros peligrosos que no encontraron rematador. Y entonces vinieron el penalti contra Lamine Yamal, convertido por él mismo, y el gran gol de Pedri que hacía pensar a cualquier que el partido ya estaba sentenciado.
Aunque Mbappe acortó distancias, de penalti, vino luego el quinto español, marcado por Lamine lo que hacía pensar que todo terminaría en una goleada para la leyenda.
Parte de la historia de la noche es que Francia no se rindió, pareció no pensar siquiera en entregarse y bajar los brazos y siguió luchando y terminó estando mucho más cerca de un milagro de los que muchos hubieran podido creer.
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La resurrección sa
El gran gol de Ryan Cherki, una volea impresionante, fue el primer aviso. Luego vino el desafortunado gol en propia puerta de Daniel Vivian que, no obstante, no fue producto de la casualidad, sino de la continua presión sa.
En el descuento, Randal Kolo Muani con un gol de cabeza hizo que Francia creyera en una remontada milagrosa. Pero el tiempo no alcanzaba.
La goleada histórica que parecía anunciarse terminó convirtiéndose en una victoria apretada que, sin embargo, vale exactamente lo mismo para llegar a una final en la que espera el Portugal de Cristiano Ronaldo.
Tal vez incluso vale más porque, mientras una goleada a favor entraña el peligro de la autocomplacencia, los cuatro goles en contra y lo cerca que estuvo España de sufrir una remontada le invitan a reflexionar y a afinar algunos aspectos en defensa.
En la memoria queda un partido de nueve goles, con innumerables jugadas en ambas áreas. Tras el remate a la escuadra de Theo en la primera parte en el segundo tiempo Ousmane Dembelé estrelló un disparo contra el larguero.
Las explicaciones tácticas difícilmente alcanzan para explicar lo ocurrido en Stuttgart donde las dos aficiones estuvieron encendidas durante noventa minutos. También los ses. Incluso en esa fase en la que parecía que Francia iba a sufrir una debacle.
Hubo momentos de júbilo -en el fondo español cuando todo apuntaba a goleada y tras el pitido final. En el fondo francés durante la fase en el que el equipo siguió luchando y logró transmitir una fe que era difícil de justificar con argumentos racionales.
Por eso toda aproximación a este partido tiene que ver con una reflexión sobre el delirio y la locura, sobre la magia. Y es bastante posible que los planteamientos tácticos de los entrenadores hayan quedado en segundo plano.
Luis de la Fuente, un día antes del partido, decía que los compromisos de la Liga de Naciones los iban a decidir detalles. Es posible que tenga razón. Pero esta noche son demasiados los detalles que habría que enumerar.
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El domingo en Munich frente a CR7
Portugal, finalista tras eliminar a la anfitriona Alemania, fue la primera campeona de la Liga de Naciones.
En 2019 derrotó a Países Bajos en la única final a cuatro, completada por Inglaterra y Suiza, para la que no se clasificó la selección española. Una derrota ante Inglaterra y otra final en Croacia impidió al equipo dirigido por Luis Enrique Martínez acceder a la fase decisiva disputada en Portugal.
Lo consiguió en la segunda edición, en 2021, en la que eliminó a la Italia campeona de Europa en 2020 en su casa, en Milán, antes de ceder en su primera final de la Liga de Naciones frente a Francia. Un duelo marcado por la polémica que alejó a España del título. Tras adelantarse en el marcador con un tanto de Mikel Oyarzabal, igualado por Karim Benzema, un tanto polémico de Kylian Mbappé decidió el duelo.
Partió el delantero francés en fuera de juego y el balón, rebotado de Eric García del que se aprovechó Mbappé para marcar, no fue considerado fuera de juego por el colegiado inglés Michael Oliver. Su decisión provocó un cambió de norma posterior en la reglamentación. Luis Enrique, que había caído en la tanda de penaltis de la Eurocopa ante Italia, se quedaba lo más cerca posible de ganar un título como seleccionador.
El desquite de España llegó ya con Luis de la Fuente a los mandos en 2023. Por segunda edición presente en la final tras repetir victoria en semifinales ante Italia, en esta ocasión en una final a cuatro celebrada en Países Bajos. Un tanto de Joselu Mato a dos minutos de la conclusión del tiempo reglamentario, evitaba la prórroga y sellaba el pase a una cita ante Croacia en el estadio 'De Kuip' de Róterdam.
Una final repleta de tensión y sin goles, que conquistaba desde el punto de penalti con las paradas de Unai Simón y un lanzamiento a lo Panenka de Dani Carvajal, para quitarse la espina de muchas fases finales perdidas por lesiones y poner fin a once años de sequía de títulos. Desde la brillante conquista de la Eurocopa 2012.
Era el quinto título de la historia de la selección española, que un año después se convertían en seis, al ser la primera que ganaba cuatro Eurocopas: 1964, 2008, 2012 y 2024. Con el Mundial 2010 completando el círculo.
España lleva dos años, dos meses y tres días sin perder un partido oficial.
Su racha de 23 encuentros oficiales sin derrota ya le ha impulsado a conquistar la Liga de Naciones 2023 y la Eurocopa 2024. Su última derrota se produjo el 28 de marzo de 2023, ante Escocia en Glasgow.
Se acerca al mejor registro de la historia de la selección, 29 partidos invicta, lograda en la época dorada del fútbol español entre 2010 y 2013.