La inseguridad no solo responde a una cuestión policial, sino también a factores sociales, económicos y urbanos que requieren políticas integrales.
La inseguridad en Barcelona creció notablemente durante los últimos años, a tal punto de situar a la ciudad condal como la más insegura de España según diversos indicadores oficiales y análisis independientes.
De acuerdo con el Índice de Criminalidad por País 2025 elaborado por Numbeo, la ciudad de Barcelona alcanza un índice del 51,75 %, casi el doble que Madrid, su principal competidora en población y actividad económica.
Frente a esto, el Ministerio del Interior reportó que en el primer semestre de 2024 la tasa de criminalidad en Barcelona fue un 50 % superior a la de Madrid, con 48 delitos por cada 1.000 habitantes, frente a los 31 registrados en la capital española. Los delitos más recurrentes incluyen hurtos callejeros, robos con fuerza y actos incívicos que afectan la calidad de vida.
El distrito de Ciutat Vella destaca como una de las zonas más afectadas, con un 42,8 % de los residentes señalando la inseguridad como su principal preocupación. Esta área, históricamente centro neurálgico y turístico, concentra gran parte de los delitos menores y problemas derivados del incivismo.
En respuesta a esta crisis, el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha el Plan Endreça, que refuerza la seguridad y la limpieza en la ciudad durante la temporada alta turística.
El plan contempla la incorporación de 200 agentes diarios adicionales de la Guardia Urbana y la contratación de 234 trabajadores dedicados a mejorar la limpieza urbana, buscando mitigar la sensación de abandono y mejorar la convivencia.
Asimismo, el operativo Kanpai busca combatir la reincidencia en delitos patrimoniales, dado que la cantidad de multirreincidentes en Cataluña aumentó un 140 % entre 2021 y 2024. Esta iniciativa está orientada a un seguimiento más exhaustivo de quienes cometen delitos repetidos, con el fin de reducir su impacto en la seguridad ciudadana.
Asimismo, el Ayuntamiento anunció la creación de cinco nuevos juzgados en 2025. Estos tribunales permitirán agilizar los juicios rápidos y enfocar recursos en la multirreincidencia de delitos menores, una problemática que agrava la percepción de inseguridad y la sensación de impunidad.
La inseguridad en Barcelona no solo responde a una cuestión policial, sino también a factores sociales, económicos y urbanos que requieren políticas integrales.