Esta decisión, impulsada por el Ministerio de Desregulación y en el marco de las facultades extendidas otorgadas por la ley Bases, apunta a reducir la autonomía financiera de instituciones clave como el Museo Nacional de Bellas Artes, el Palacio Libertad, Tecnópolis, la CONABIP y el Instituto Nacional del Teatro, entre otros.
Centralización y fusiones: la nueva estructura
Entre los cambios más destacados está la transformación de varios institutos históricos. Se creará un único Instituto Nacional de Investigaciones Históricas que unificará las investigaciones sobre próceres y figuras nacionales, absorbiendo funciones y patrimonio de institutos como el Browniano, Newberiano, Belgraniano, Yrigoyeneano y Rosas, que serán disueltos o fusionados.
Por otra parte, el Instituto Sanmartiniano y el Instituto Evita conservarán su condición de museos nacionales, reconociendo su valor patrimonial y turístico. Además, organismos que estaban desconcentrados, como el Museo Bellas Artes, Palacio Libertad, Tecnópolis, CONABIP y la Comisión de Monumentos, pasarán a una istración centralizada.
Presupuestos y empleados: un panorama curioso
El Ministerio de Capital Humano maneja un presupuesto total de 157.533 millones de pesos, con cerca de 80 mil millones destinados a gastos en personal. Dentro del área de Cultura, los recursos se reparten entre varios programas con distintas cantidades de empleados.
Por ejemplo, el Programa “Promoción y Desarrollo Artístico Cultural y de las Economías Creativas” dispone de 10.532 millones de pesos y emplea a 47 personas. La “Gestión de Organismos Estables”, que agrupa cuerpos artísticos nacionales, cuenta con casi 19 mil millones y alrededor de 544 trabajadores. Los museos nacionales, en conjunto, reciben 20.919 millones y tienen 219 empleados, destacando el Museo Nacional de Bellas Artes con 1.041 millones y 25 empleados.
Lo llamativo surge al analizar los institutos históricos que serán afectados. Curiosamente, el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón tiene la mayor cantidad de empleados, con 31, mientras que otros como el Sanmartiniano cuentan con 18, y el Yrigoyeneano apenas con 2. Otros institutos, como el Juan Manuel de Rosas, Belgraniano, Newberiano y Browniano, varían entre 4 y 7 empleados.
Impacto en salarios y posibles recortes
El Secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, junto con la Secretaría General de la Presidencia, dejaron en claro que el objetivo principal es bajar el gasto en salarios para poder priorizar otras actividades culturales. En organismos como el Instituto Nacional del Teatro (INT) y la CONABIP, ya se anticipan recortes significativos en su planta de personal, lo que podría generar malestar y protestas entre los trabajadores afectados.
Por ejemplo, en el INT ya se aplicaron recortes en la Junta Directiva Nacional, que cuenta con un presupuesto de unos 155 millones de pesos. La expectativa es que estas medidas se extiendan a otras áreas, ajustando gastos para hacer más sostenible el gasto público en cultura.
Nuevas estrategias: apoyo privado y asociaciones civiles
Para compensar la reducción en fondos públicos, desde el Ministerio de Cultura planean incentivar la colaboración con “asociaciones de amigos” y organizaciones civiles. Estas entidades podrían apoyar la programación, la contratación de servicios y hasta istrar concesiones dentro de museos y espacios culturales.
El modelo del Museo Nacional de Bellas Artes servirá de referencia para implementar este tipo de asociaciones, aunque se reconoce que replicarlo en todos los espacios no será sencillo. Espacios como el Palacio Libertad o el Museo del Norte en Salta podrían comenzar a buscar estas alianzas para mantener actividades y financiar proyectos.
Reordenamiento histórico: disolución y fusión de institutos dedicados a próceres
Federico Sturzenegger explicó en X que los decretos delegados 345 y 346/25, firmados por Javier Milei, Guillermo Francos y Sandra Pettovello, regulan la organización de varios institutos históricos como el Sanmartiniano, Yrigoyeneano, Rosas, Browniano, Newberiano, Belgraniano y el Juan Domingo Perón, además de la Comisión Permanente de Homenaje al General Perón.
Estos organismos, originados como asociaciones civiles y absorbidos por el Estado ante la falta de recursos, funcionaban con financiamiento público y un marcado sesgo político, orientados a honrar de forma selectiva a determinadas figuras históricas.
La nueva medida disuelve varios de estos institutos —como el Browniano, Newberiano, Belgraniano y el de Perón— y fusiona otros, como el Yrigoyeneano y el Rosas, en una unidad dependiente de la Secretaría de Cultura que buscará un enfoque más plural y abarcativo de la historia nacional. También se disuelve la Comisión Permanente de Homenaje al General Perón, cuyos integrantes podrán seguir actuando de manera independiente, sin apoyo económico estatal.
En X, Sturzenegger subrayó un dato que puede sorprender: “Para quien todavía se lo pregunta, sí, la Comisión Permanente de Homenaje al Teniente General Juan Domingo Perón seguía existiendo hasta hace poco, integrada por referentes políticos y sociales destacados”. Señaló que tras la disolución, esas personas podrán continuar rindiendo homenaje a Perón, pero “con la suya”, cerrando con la sigla VLLC (Viva la libertad carajo), el lema característico del presidente Milei.
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Integrantes de la comisión de Homenaje a Juan Domingo Perón, entre ellos, José Luis Gioja y Lucía Corpacci, en una reunión en marzo de 2024
Por último, se permitirá que estos institutos se reorganicen como asociaciones civiles privadas si lo desean, aunque sin a financiamiento público.