La última semana resultó clave para el futuro de Cristina Fernández de Kirchner. Ante los insistentes rumores de un inminente fallo de la Corte Suprema de Justicia que podría dejarla fuera de la carrera electoral, CFK apuró el anuncio: se presentaría como candidata a diputada por la tercera sección electoral. ¿Por qué la expresidenta, exvicepresidenta, senadora, parte de la sociedad política más trascendente de la historia democrática “bajaría” a una banca provincial? Ella dijo que “no hay tribuna menor cuando hay que gritar verdades. Porque no hay banca pequeña cuando el dolor del pueblo es grande”. Puede ser. ¿Por qué no creerle? Sin embargo la respuesta suena a poco cuando desde el Máximo Tribunal de Justicia un fallo podría obligarla a despedirse para siempre de cargos electorales y pasar los próximos seis u ocho años de su vida privada de su libertad.
Razones sobran. Saben que cualquiera sea la decisión tomada la lectura política es inevitable. Tanto como las críticas. Dicen estar preparados. Preparados para tomar esta decisión que marcará un punto de inflexión en la historia política y ocupará más tiempo en los medios que espacio en la bibliografía jurídica.
Se va a escuchar Lawfare o Pacto.
De un lado gritarán “proscripción”. Del otro “ Justicia”.
Y todo en el marco de las próximas elecciones legislativas.
De la cantidad de recursos que llegaron a la Corte en el marco de la causa conocida como “Vialidad” hay dos particularmente sensibles por el fondo y por sus consecuencias.
Por un lado, el que interpuso el abogado Carlos Beraldi por su defensa; y el recurso del fiscal Mario Villar, que continuó la pretensión del fiscal Diego Luciani y fue mantenido por el Procurador General interino, Eduardo Casal.
Estos recursos pretenden soluciones opuestas.
La defensa de CFK busca, en principio, revocar la sentencia que confirmó la condena. En última instancia, aspira a la absolución. Porque en caso de confirmarla, Cristina se queda sin herramientas y solo puede cumplir la condena. Independientemente de una presentación ante la Corte Interamericana, la historia termina y debe ejecutarse la condena. En una prisión o en una domiciliaria.
El Ministerio Público Fiscal pretende agravar la condena, propiciando que la causa vuelva a Casación para que se condene también por el delito de asociación ilícita, por el que fue absuelta, con el consiguiente aumento de la pena de prisión impuesta. No alcanzan seis años. Los fiscales entienden que por la figura que dan por probada CFK debería cumplir una pena de doce años.
Los dos recursos están vinculados.
¿Qué puede hacer la Corte? Bueno, parece que muchas cosas, aunque se especule de manera maniquea que es el todo o la nada. En principio, debe decidir el cuando. Antes o después del 19 de julio.
Ese día, CFK ya se encontraría en carrera por la banca de la tercera sección y los fueros.
Mientras tanto, CFK en vilo. El peronismo en vilo. Y el gobierno en vilo.
Los posibles escenarios
Entre las opciones a decidir, la Corte puede rechazar ambos recursos aplicando el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Eso significaría que la defensa y la fiscalía no demostraron la existencia de “cuestión federal”, que es un presupuesto necesario para que la Corte abra su instancia.
Es decir, no le llevaron un caso para la Corte. Así, en ese escenario, quedaría firme la condena, tal cual la dictó el Tribunal Oral Federal N°2 y la convalidó la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal: seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por haber cometido el delito de istración fraudulenta en perjuicio del Estado. Fin de la historia de CFK tal como se la conoce.
Igual resultado se alcanzaría si la Corte, por ejemplo, desestimara ambos recursos, pero abordando y rechazando los planteos de las partes; o si hiciera lo propio con uno de ellos y desestimara al otro aplicando el mencionado art. 280. En todos estos supuestos, la condena queda firme y se tienen que cumplir las penas impuestas, con lo que ello significa para el escenario electoral. Y la decisión implícita que conlleva: la principal referente de la oposición detenida en el marco de una causa de corrupción.
Distinto sería si la Corte decidiera hacer lugar a uno o a ambos recursos. En cualquiera de esos casos, la causa volvería a la Cámara de Casación, la condena ya no quedaría firme y no correspondería aplicar ninguna de las penas. En teoría, probable o no, nada impide que la Corte encuentre que le asiste razón a ambas partes, que tiene razón la defensa por alguno de sus planteos, pero que también tiene mérito la pretensión del Ministerio Público Fiscal.
Por otra parte, también podría atender al recurso de uno y desestimar el otro. Algo como salir por arriba del laberinto, rumorean. Podría dejar firme la condena por istración fraudulenta, rechazando el recurso de la defensa, y propiciar su agravamiento, itiendo los planteos de la fiscalía. ¿Y entonces? Le confirman a ella la condena pero le abren recurso al fiscal. ¿Y entonces? Condenada pero con el recurso del fiscal siendo estudiado por la Corte CFK puede disputar la banca de La Matanza.
En ese supuesto, CFK se vería perjudicada porque ya no tendría instancia local para modificar su condena por fraude al Estado, pero se vería indirectamente beneficiada dado que no habría sentencia firme. O sea, es encontrada culpable pero queda en libertad hasta que se estudie el recurso del Ministerio Público. Entonces , sin que nada le impida competir electoralmente, va por la banca y sus fueros.
Esto último significaría que la causa volvería a casación para un posible agravamiento de la condena pero, entre tanto, las penas no podrían aplicarse y eso significaría la posibilidad de entrar al juego electoral. Naturalmente, lo opuesto también configura una opción: la Corte podría rechazar el recurso fiscal, descartando para siempre la imputación por asociación ilícita, y itir el recurso de la defensa, en favor de CFK, ya sea propiciando una nueva revisión de algún aspecto de la condena (incluido las penas y/o sus montos) o, quizás menos probable, su absolución. De cualquiera manera, como dijimos, en estos escenarios, queda descartada la sentencia firme y la posibilidad de ejecutar las penas.
Otros escenarios. Que entre los tres cortesanos no lleguen al voto unánime. Y entonces convoquen a conjueces que se verían ante un tremendo desafío. Quedar en la historia firmando ese fallo al integrar la Corte por una única vez.
Mientras crecen las especulaciones se suceden las reuniones entre dirigentes de La Cámpora para evaluar cómo seguir en caso de un escenario adverso. En lugar de CFK diputada CFK presa.
En el gobierno también hay llamados cargados de nerviosismo porque no terminan de ponerse de acuerdo sobre cuál sería la mejor noticia que podrían recibir. Algunos solo quieren ganarle.