Contexto
¿Cuál es el acuerdo entre la UE y Mercosur y por qué es relevante?
El acuerdo entre la Unión Europea y los países de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) es un pacto comercial firmado en 2019 tras más de dos décadas de negociaciones. Su objetivo es liberalizar el comercio entre ambos bloques, reduciendo aranceles y promoviendo la cooperación en diversos sectores. Sin embargo, aún no ha sido ratificado debido a la oposición de varios países europeos, especialmente Francia, que teme que el acuerdo sea perjudicial para su agricultura, especialmente en términos de competencia desigual.
¿Por qué Macron es el principal obstáculo para el acuerdo?
Emmanuel Macron ha sido uno de los principales detractores del acuerdo debido a preocupaciones por la competencia desleal para los agricultores ses. Macron argumenta que los estándares medioambientales y regulatorios en Mercosur no son equivalentes a los de la UE, lo que pondría en desventaja a los productores europeos. Además, subraya que el acuerdo podría tener efectos negativos sobre el clima, algo que es prioritario para su gobierno.
¿Qué propone Macron para avanzar en el acuerdo?
Macron ha propuesto una serie de modificaciones al acuerdo original, como la implementación de cláusulas recíprocas que aseguren la aplicación de las mismas normas fitosanitarias y ambientales en ambos bloques. También ha solicitado una cláusula de "freno", que permitiría suspender partes del acuerdo si se detectan efectos desestabilizadores en sectores específicos, como la agricultura. Macron también ha sugerido que el acuerdo debe ser más equilibrado, particularmente en lo que respecta a la protección del medioambiente y los estándares laborales.
¿Cómo respondió Lula a las objeciones de Macron?
Lula da Silva, por su parte, insistió en que Brasil ya está tomando medidas para proteger el medioambiente y afirmó que los sectores de la UE y Mercosur son complementarios, no competitivos. Para abordar las preocupaciones de los agricultores ses, Lula ofreció hablar directamente con ellos y aseguró que el acuerdo no debería ser visto como una amenaza. Además, subrayó que la presidencia brasileña de Mercosur (que comienza el 6 de junio) le permitirá dar un impulso a las negociaciones para concluir el acuerdo en los próximos seis meses.
¿Cuál es el objetivo de Lula con su propuesta de seis meses?
Lula está decidido a cerrar el acuerdo antes de terminar su presidencia de Mercosur, con el objetivo de concluir los trámites de aprobación y asegurar que el pacto se firme antes de fin de año. Durante su visita a París, Lula hizo un llamado directo a Macron para que dé luz verde al acuerdo, asegurando que este sería beneficioso para ambos bloques. Además, ofreció medidas adicionales para tranquilizar a los agricultores europeos, como la posibilidad de organizar encuentros para discutir las preocupaciones del sector.
Cómo sigue
El futuro del acuerdo entre la UE y Mercosur depende ahora de una serie de negociaciones técnicas y políticas que se desarrollarán en los próximos meses. Lula da Silva, como presidente de Mercosur, ha marcado un plazo de seis meses para cerrar el acuerdo, aunque la aceptación final del mismo sigue estando en manos de los gobiernos europeos, especialmente Francia.
Las negociaciones sobre las cláusulas adicionales solicitadas por Macron, como las medidas de protección para los agricultores y las garantías medioambientales, serán cruciales para desbloquear el proceso. En este sentido, los esfuerzos de Lula por dialogar directamente con los agricultores ses podrían ser clave para suavizar las reticencias que aún persisten.
La reunión también pone en evidencia las diferencias estratégicas dentro de la UE sobre cómo debe abordarse el libre comercio con Sudamérica. Mientras algunos países como Francia exigen más garantías y ajustes en el acuerdo, otros podrían estar dispuestos a ratificarlo tal como está. La clave estará en encontrar un terreno común que permita satisfacer tanto las necesidades económicas de Mercosur como las preocupaciones medioambientales y agrícolas de los países europeos.
FUENTE: El Observador