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29 de agosto 2020 - 5:04hs

Guillermo de Amores sintió que la rodilla derecha se le trababa mientras entrenaba con los goleros de Fluminense, en 2018. Las imágenes de su lesión no estaban claras y siguió entrenando hasta que le hicieron una resonancia que mostró que tenía un menisco desprendido. Se tenía que operar. La cirugía fue la primera de las cuatro a las que el jugador debió someterse y que lo dejaron casi tres años sin jugar al fútbol. 

Cada cicatriz de De Amores en su rodilla, tiene su historia. Habían pasado 15 días de la operación cuando empezó a tener fiebre y la rodilla irritada. Se confirmó que tenía una infección: en algún momento, él supone que durante la primera intervención, se contagió con "un hongo". Y entonces se tuvo que hacer dos nuevas cirugías para superar la situación. 

De Amores seguía sintiendo dolor. Después de 25 días internado en un sanatorio, volvió a los entrenamientos, pero nunca llegó a jugar en la cancha. Le seguía doliendo y le dieron un diagnóstico equivocado. Los médicos de Fluminense, contó De Amores a Referí, le decían que tenía que seguir practicando para fortalecer la zona y le daban medicamentos para que se desinflamara la rodilla. 

El golero consultó a médicos de Brasil, que le decían que no estaba apto para entrenar, y a especialistas uruguayos, que no se arriesgaban a intervenirlo. 

El uruguayo llegó a Fluminense en enero de 2018 y, con todos los problemas que tuvo con la lesión, solo estuvo en un partido en el banco de suplentes. Luego, el club de Río de Janeiro le comunicó una decisión: “No me iban a renovar contrato porque para ellos estaba de alta y no se iban a hacer cargo de cualquier gasto que tuviera. Fue bastante complejo enfrentar eso”, dijo. 

La vuelta y el futuro

El pasado fin de semana, el domingo 23, Fénix le ganó 5-0 a Defensor Sporting en el Parque Capurro y ese partido fue la vuelta de De Amores a jugar un partido oficial. El último había sido en Liverpool, a fines de 2017. 

“Tenía ansiedad de ver cómo me sentía después de tanto tiempo. Pero habíamos hecho muchos amistosos de preparación y estaba tranquilo”, dijo. 

De Amores destacó que en Fénix hay “una mixtura” en el plantel. “En la medida que vayamos encontrándole la vuelta en la forma de jugar de Juan, que vayamos manteniendo una regularidad en el resultado, vamos a ganar mucha más confianza y trataremos de pelear más arriba. Tenemos plantel y un juego definido para tener muchos más puntos”, analizó. 

Después de casi tres años sin pisar las canchas, De Amores quiere disfrutar de “sentirse jugador de fútbol”. Aunque itió que tiene sueños por delante –como ser citado a la la selección y volver al exterior–, dijo que no se puso plazos en su carrera: “Con todo lo que me pasó, trato de disfrutar al máximo porque uno nunca sabe cuándo se puede terminar el fútbol”. 

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