El economista Damián Di Pace fue entrevistado por Luis Majul en El Observador 107.9, y abordó en detalle los efectos de la reducción de aranceles para la importación de productos tecnológicos y su impacto en el mercado argentino, medida que fue oficializada hoy por el Gobierno. Además, analizó la evolución reciente de la inflación, el comportamiento del consumo y el crecimiento económico.
Di Pace explicó que, a partir del anuncio oficial, los importadores dejarán de pagar aranceles para la importación de productos como celulares, televisores, consolas de juegos y aire acondicionado. En concreto, puso un ejemplo con el iPhone 16 Pro, uno de los modelos más caros de Apple, que actualmente tiene un valor de mercado de 2.630.000 pesos.
“Con la reducción del arancel, el importador podrá traer el celular más barato, y en 15 o 20 días el precio en el retail bajará a 2.288.000 pesos, lo que implica una reducción de casi el 19%”, precisó. Y agregó que para enero de 2026 se espera una caída aún mayor, hasta aproximadamente 1.700.000 pesos a valor constante.
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El economista destacó que esta disminución de precios no solo beneficia al consumidor directo sino que también impacta en el turismo de compras. “Antes, mucha gente viajaba a Chile para aprovechar los precios, pero ahora ya no conviene tomarse un avión y pagar hotel para ahorrar un poco, porque la diferencia con el mercado local se reduce considerablemente”, afirmó.
Sobre la dinámica en los comercios, Di Pace señaló que aunque todavía haya stock con precios más altos, “el vendedor va a tener que bajar el precio para no quedarse con mercadería que nadie quiere comprar, porque el consumidor ya conoce cuál es el precio máximo que debe pagar”.
Además, destacó que la medida abarca varios productos tecnológicos y electrodomésticos, ampliando su impacto en la economía cotidiana de los argentinos.
Inflación y consumo: señales alentadoras en un contexto complejo
En cuanto a la inflación, Di Pace observó que las primeras dos semanas de mayo mostraron una estabilización en alimentos y bebidas, rubro que suele ser el más sensible para la población. Indicó que, después del incremento que se dio en abril —superior al 3%— la inflación podría ubicarse más cerca del 2% en mayo.
“Si esta tendencia se mantiene, podríamos adelantar el escenario de desaceleración inflacionaria que se esperaba para agosto o septiembre”, dijo, resaltando que el proceso es dinámico y sujeto a cambios.
Sobre el consumo, el economista subrayó que “la economía sigue creciendo”. itió que marzo fue un mes malo para la actividad industrial y la construcción, pero aseguró que “abril y mayo vienen mostrando señales de recuperación”.
Respecto a los hábitos de compra, explicó que el consumidor argentino “prefiere formatos más pequeños, no hacer grandes compras anticipadas, porque con la estabilidad del tipo de cambio y del peso, no siente la necesidad de prever grandes gastos”.
También destacó el auge del comercio electrónico en alimentos, señalando que “muchas personas ya no van al supermercado y compran online, especialmente productos secos”. Mencionó que en eventos como el Hot Sale, alimentos no perecederos fueron de los productos más vendidos.
Dolarización endógena, política monetaria y obra pública
En la entrevista, Di Pace adelantó que le gustaría preguntarle al presidente Javier Milei sobre la llamada dolarización endógena, un concepto vinculado a la circulación de dólares fuera del sistema formal.
“Se estima que hay entre 350.000 y 400.000 millones de dólares fuera del sistema”, explicó, y agregó que el gobierno piensa que la cantidad de pesos en circulación se mantendrá constante, es decir, sin emisión adicional.
“Si efectivamente logran colocar esos dólares en el mercado sin aumentar la cantidad de pesos, eso debería generar una baja más fuerte de la inflación”, señaló. Explicó que esta es una pregunta con respuesta incluida, aunque pretende que el presidente lo confirme.
Di Pace también se refirió a la discusión sobre la posible privatización de corredores viales y la aplicación de esquemas de participación público-privada (PPP) para grandes obras de infraestructura.
Manifestó dudas sobre cómo se implementará esta estrategia, y consideró importante que el Estado mantenga una participación para garantizar el mantenimiento y la continuidad de las rutas. “Si no hay un adjudicatario o licitación que asegure que el camino esté en condiciones, se cortan las comunicaciones del país y eso no puede pasar”, afirmó.