En la noche del miércoles 4 de junio, un enfrentamiento armado entre un agente de la Policía Federal y un grupo de delincuentes en La Matanza resultó en un dramático incidente: Thiago Correa, un niño de 7 años, recibió un disparo en la cabeza mientras se encontraba con su padre en la parada de un colectivo. El menor, que fue trasladado de urgencia al hospital de Niños de San Justo, permanece internado en estado crítico y fue diagnosticado con muerte cerebral en las últimas horas, según informaron fuentes médicas y judiciales.
El suceso ocurrió alrededor de las 22:30 en la intersección de las avenidas Crovara y Madrid. Fabián Correa, padre del niño, relató con angustia los momentos previos al trágico incidente. "Cuando estábamos esperando el colectivo, escuché una explosión y pensé que era una moto, pero de repente empezaron a escucharse más detonaciones. Cuando me di cuenta de que se estaban agarrando a tiros, quise tirar al piso a Thiago, pero ya le había impactado una bala", contó en un testimonio a TN. Con el niño ya herido, Fabián intentó pedir ayuda y fue asistido por un hombre desconocido que lo trasladó al hospital.
Thiago, que fue alcanzado por una bala en la parte posterior de la cabeza, quedó tendido en los brazos de su padre tras el disparo. "Me dice ‘pá’ y ya no dijo más nada", recordó Fabián, con voz quebrada. La víctima continúa conectada a un respirador y los médicos confirmaron que su situación es extremadamente grave.
El contexto del tiroteo en La Matanza
El tiroteo tuvo lugar cuando el policía Facundo Daniel Aguilar Fajardo, de 21 años y oficial ayudante de la Dirección Montada de la Policía Federal Argentina (PFA), fue abordado por un grupo de delincuentes mientras caminaba hacia la parada del colectivo. Según la versión oficial, el efectivo estaba fuera de servicio y vestido de civil. Al ser atacado por los asaltantes, el policía se identificó como personal policial y abrió fuego en defensa propia. En el enfrentamiento, un delincuente, Brandon Corpus Antelo, de 18 años, murió tras recibir un disparo en el cuello, mientras que dos compañeros de él, Uriel Alexis Montenovo y Uriel Emanuel Leiva, ambos de 21 años, resultaron gravemente heridos, uno en la pierna y el otro en el abdomen. Un cuarto miembro de la banda logró escapar.
La balacera dejó un rastro de evidencia en la escena, donde los peritos de la policía científica encontraron un revólver calibre .38 sin numeración ni municiones, además de rastros de sangre del niño a casi 200 metros del lugar donde cayó herido. También fue secuestrada el arma reglamentaria del agente involucrado.
El fiscal Diego Rulli ordenó la detención de Aguilar Fajardo, acusado de exceso en la legítima defensa. El policía permanece a disposición de la justicia mientras se investiga el caso.
La reacción de las autoridades y la familia
En medio de la conmoción por el estado crítico de Thiago, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se pronunció sobre el caso y solicitó el cambio de carátula en la causa judicial. Durante una conferencia de prensa, Bullrich sostuvo que los delincuentes son los responsables directos de lo ocurrido y defendió al policía, argumentando que el disparo que impactó en la cabeza de Thiago salió de su arma. La funcionaria destacó que el agente estaba en legítima defensa y que su actuación fue proporcional frente al ataque armado.
“Quiero que se haga justicia, que mejore la seguridad. Lo que le pasó a mi hijo le puede pasar a otra persona y no quiero que pase más”, declaró Fabián Correa, el padre de Thiago, quien hizo un llamado a las autoridades para mejorar la seguridad en la zona.
Bullrich también apuntó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien, según la ministra, tiene responsabilidad en la seguridad de la provincia, y mencionó la "situación de inseguridad extrema" que se vive en La Matanza. “Hoy tenemos a un niño de 7 años que sufrió las consecuencias de una banda que sale a robar en poblado con armas. Ellos son los responsables directos de lo que le pasó a Thiago”, afirmó Bullrich, quien también expresó su apoyo a la familia del niño y a la madre del policía, quien acompañaba a su hijo en ese momento.
Por otro lado, la situación judicial sigue su curso mientras se recaban más pruebas del incidente. Los dos delincuentes sobrevivientes están hospitalizados bajo custodia policial.