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8 de mayo 2025 - 9:25hs

Una caja en el fondo de un placárd. Un hallazgo inesperado. Una exposición inédita. Como pequeños personajes habitantes del papel –coloridos, geométricos, dinámicos– los dibujos de Amalia Nieto salieron de su escondite y están, por primera vez, ante los ojos del público.

Su nieto, Sergio Elena, volvió a visitar el apartamento de la artista a fines de 2024. Entre las cosas de Amalia, en un lugar donde no habían mirado antes, haría una revelación: el que considera el eslabón perdido en su obra.

“Amalia era de coleccionar los objetos más insólitos. Revolviendo objetos, libros y revistas resulta que en el fondo del ropero aparecieron unas viejas cajas de zapatos artesanales y para mi sorpresa estaban repletas de dibujos”, dice Elena, nieto de la artista y curador de la exposición, a El Observador.

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Más de 130 Petrouchkos inéditos estaban ahí, guardados en algún rincón de un armario. Y en perfectas condiciones. Primero vino la sorpresa, dice Elena, y luego el entusiasmo por lo que podría decir el contenido de aquellas cajas viejas.

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No dudó. Lo primero que hizo fue ir al Museo Nacional de Artes Visuales para compartir la sorpresa con su director (y amigo desde la adolescencia), Enrique Aguerre. “Fue una alegría enorme porque tengo la idea personal de que Amalia Nieto es una grandísima artista y, que aunque le hicimos una antológica hace unos años aquí en el museo en el 2020 y hemos trabajado sobre la obra de Amalia, nos queda muchísimo por descubrir de su obra”, dice ahora el director.

“El interés del Museo Nacional es un interés cultural. No nos importan comercialmente las obras, nos interesa culturalmente y cómo a través de la obra de un artista podemos linkear con sus maestros o discípulos, así como el contexto del arte en nuestro país y en la región. Entonces, cuando aparece esto para nosotros es un tesoro”, señala Aguerre.

Los dibujos, hace años Elena bautizó como Petrouchkos, tienen tanto que decir sobre el desarrollo de la artista como de su vida privada. Especialmente de su relación con su exesposo, el músico y escritor Felisberto Hernández.

Amalia y Felisberto: Stravinsky, Torres García y una nutrida correspondencia

Soy feliz al escribirte de nuevo, hoy, como si te viera a escondidas Soy feliz al escribirte de nuevo, hoy, como si te viera a escondidas

Felisberto Hernández y Amalia Nieto se conocieron en 1935 durante las concurridas tertulias en la casa de Alfredo y Esther de Cáceres. Él todavía era el músico antes del escritor. Ella había regresado a Uruguay después de un período en París, había hecho su primera muestra individual y comenzaba a recibir las enseñanzas del maestro Joaquín Torres García. Dos años más tarde se casaron. Al año siguiente tuvieron una hija.

Cuando Felisberto se embarca en una gira por el Uruguay, el litoral argentino y ciudades fronterizas de Brasil con la segunda audición de Petrouchka de Stravinsky la pareja intercambia más de un centenar de cartas. Manuscritos que son testimonio de la intimidad y la cercanía –no solo emocional sino intelectual, de dos figuras de peso en el panorama cultural uruguayo– así como la ausencia y la separación del amor, desde el límite geográfico hasta el inminente declive del matrimonio.

Cartas que la artista ilustró con pequeños dibujos de tinta y acuarelas en los que dominó la esencia del constructivismo. “Hemos visto que Amalia intentó contagiar a Felisberto una cierta joie de vivre. Intentó en la medida que le fue posible colorear la penuria existencial de Felisberto. De alguna forma lo logró", expresa Elena en el texto curatorial de la exposición.

Cartas que después del divorcio ella recortó, y separó las letras del universo de sus ilustraciones.

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Que haya aparecido una segunda tanda de Petrouchkos es una maravilla. Realmente es un tesoro porque además tienen relación directa con una Amalia que participa de la revolución de arte constructivo de Torres. Ella después va a tomar su propio camino, no va a integrar el taller Torres García pero sí integró la Asociación de Arte Constructivo”, señala Aguerre e indica el trabajo de abstracción abstracción geométrica y constructivismo de las pequeñas ilustraciones. "Está todo en los Petrouchkos, en un formato delicioso, pequeñito, casi de boceto”.

Sergio Elena destaca los dibujos que Amalia hace para ilustrar las cartas con “toda esa magia del color más el constructivismo y las enseñanzas de Torres” pero señala también la fascinación de la artista con Kandinski y Paul Klee. Pero también una relación, claro, musical: “Los primeros Petrouchkos están asociados con Stravinsky, los Petrouchkos del final están asociados con Erik Satie”.

Sin embargo, hay algo que parece que quedará inconcluso: la relación entre el contenido de la carta de Amalia con sus dibujos ya no podría ser reconstruida. “Los dibujos hablan por sí solos. Ya están las cartas de Felisberto, de las que sí conocemos el contenido, y como respuesta están los dibujos, que en definitiva es lo que importa”, dice Elena.

Petrouchkos sueltos en el Mnav

Actualmente hay 34 Petrouchkos –hasta ahora inéditos– en las paredes del Museo Nacional de Artes Visuales. Una exposición de “cámara” dirá su curador, un espacio íntimo que condensa esta mirada renovada sobre la artista uruguaya.

Ahora bien, ¿qué diferencia estos hallazgos de la primera serie de Petrouchkos que se expuso en la galería Jorge Mara, en Buenos Aires, y el Centro Cultural de España, en Montevideo, en la muestra Amalia Nieto-cartas a Felisberto entre 2008 y 2009? Estos particularmente no forman parte del corpus de las cartas y, en consecuencia, difieren en tamaño.

Esta diferencia, que podría parecer una nimiedad, es sustancial para entender el conjunto de su obra y su forma de experimentar en un momento sumamente fermental de su desarrollo artístico.

Siempre me pregunté cuál era el link entre esos pequeños dibujitos de las cartas y lo que sería después una abstracción tridimensional, que años más tarde van a ser los famosos cubos con los que gana el premio del Salón Nacional. Como eslabón aparecen estos dibujos. Amalia no sólo los hacía para las cartas, también los hacía en otro formato más grande. Eso es extraordinario”, señala el curador de la exposición.

Esta variación se ve claramente en una de las piezas del espacio. Donde el curador decidió poner lado a lado el Petrouchko epistolar y su versión independiente de mayor tamaño. Dos sujetos desconocidos, sin nombre, se resignifican en la relación entre ellos y el cuerpo de la obra de Amalia Nieto.

“Siempre sostuve que era cuestión de tiempo para que los Petrouchkos se independizaran de las cartas, porque no hay que olvidar que Amalia una vez que se separa de Felisberto los recorta. ¡Pero resulta que los Petrouchkos ya eran independientes de antes! No es que el divorcio actuó como catalizador para que los Petrouchkos se liberaran, no. Amalia manejaba simultáneamente los dos formatos y un poco también lo usaba a Felisberto de conejillo de indias para explicar las enseñanzas del constructivismo de Torres más todas sus ideas del color atonal en espacio reducido”, señala Elena.

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“Aparentemente Amalia los escondió”, especula su nieto sobre el reciente hallazgo. Recuerda que la artista le entregó las cartas que había escrito Felisberto y "unas cajitas" con la primera serie de ilustraciones antes de su muerte, a los 96 años, en 2003. “En ningún momento me habló que había Petrouchkos más grandes”, sostiene.

De cualquier manera, Sergio Elena es contundente respecto a la continuidad de los Petrouchkos en la obra de la artista: “El que crea que los Petrouchkos se agotaron ahí, que sólo Amalia se dedicó a ellos en ese período y después se acabó, está muy equivocado”.

El curador, e investigador de la obra de Amalia, señala que estas pequeñas ilustraciones fueron sufriendo una metamorfosis a lo largo de su obra, hasta la culminación en Mesa Austera en 1995, que la artista pintó a sus 89 años. “Son Petrouchkos que han evolucionado, que guardan una cierta picardía pero se han despojado de todo elemento rio”.

Los Petrouchkos son, la exposición de los hallazgos de la obra de Amalia Nieto en el Museo Nacional de Artes Visuales, podrá visitarse hasta el próximo 20 de julio

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