En el mundo del emprendimiento, las historias de éxito suelen estar marcadas por la perseverancia, la innovación y una visión clara del propósito. Este es el caso de Noelia y Leticia Copiz, dos hermanas que han encontrado en sus pasiones un punto de convergencia para crear proyectos que buscan el bienestar y la conexión humana.
Con US$ 400 de inversión y un local prestado Noelia Copiz inició su camino en el mundo empresarial, era joven y estaba influenciada por su padre y su experiencia en la industria del descanso. En 2002, en plena crisis económica, fundó Viasono en Punta del Este con un objetivo claro: “darle al descanso el valor que merece, concientizando sobre su importancia, sin comprometer la calidad ni la veracidad por rentabilidad”.
A lo largo de los años, Viasono evolucionó hacia un concepto más amplio, abrazando la idea del "home wellness", entendiendo el bienestar como una combinación de confort, diseño y armonía en el hogar. Enfrentar a grandes competidores, “casi monopólicos”, no fue tarea fácil, pero la tenacidad, la resiliencia y la fe de Noelia fueron claves para posicionarse como una referente en el rubro.
El liderazgo femenino también ha dejado su impronta en la empresa. Noelia destaca la importancia de la empatía, la comunicación y la búsqueda de la belleza en su forma más amplia, no solo en los productos que ofrece, sino en la manera en que se gestiona la empresa.
Ser madre la ha llevado a liderar desde la honestidad y con una visión más humana del trabajo en equipo. Su liderazgo ha permitido construir un equipo cohesionado y un clima laboral basado en la confianza y el propósito compartido.
Noelia es madre de tres hijas y la conciliación entre su vida familiar y el liderazgo empresarial ha sido un desafío constante. “El gran desafío que tenemos las madres es el de trabajar como si no tuviéramos hijos y maternar como si no trabajáramos”, reflexiona. Recuerda que sus hijas llegaron en momentos clave de su vida: las mellizas cuando estaba haciendo un MBA (que terminó con dos recién nacidas en casa), y su tercera hija, en medio de la apertura de su local insignia frente a la Plaza Gomensoro.
Su autenticidad y el ejemplo que brinda a sus hijas son los pilares de su vida: “Claro que eso no me hace mejor madre, pero ser auténtica con quien soy y poder transmitirlo no sólo con palabras sino con hechos concretos en el día a día, ojalá las inspire a seguir sus sueños, sabiendo que los sueños se trabajan” explicó.
Casa Viasono y Charo: un homenaje a la unión familiar
El vínculo entre Noelia y Leticia trascendió los lazos familiares para convertirse en una sociedad emprendedora. Viasono y Casa Viasono dieron lugar a Charo, un proyecto gastronómico que lleva el nombre de su abuela, quien les inculcó el valor del encuentro alrededor de la mesa.
Leticia Copiz, por su parte, es una apasionada de la gastronomía y la nutrición. Su formación la llevó a especializarse en cocina y pastelería en prestigiosas instituciones como Le Cordon Bleu y Gato Dumas, además de desempeñarse en restaurantes de alto nivel en Uruguay y España. Charo es su manera de plasmar ese conocimiento, combinando técnicas de alta cocina con una propuesta saludable y de temporada.
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Foto: Viasono
Para Leticia, la cocina es un facilitador de encuentros y emociones. Charo se basa en la autenticidad de los ingredientes, la conexión con el comensal y la búsqueda de una experiencia sensorial completa. Su formación en distintos países le permitió adoptar un profundo respeto por la profesión y una mirada integral sobre la alimentación.
Si bien cada una tiene su propio estilo y forma de trabajar, Noelia y Leticia encontraron en sus diferencias una fortaleza para potenciar sus proyectos. Noelia es la emprendedora nata, la que se lanza a nuevas ideas con determinación, mientras que Leticia aporta la precisión y el perfeccionismo que aprendió en sus años de formación en la gastronomía. Esa sinergia ha permitido que juntas creen espacios donde el bienestar y la hospitalidad se entrelazan de manera natural. “Nuestro vínculo definitivamente se enriqueció. Somos muy diferentes y entendimos que eso le suma al proyecto y a nosotras entiendo que nos hace mejores personas” contó Leticia.
El futuro para estas hermanas emprendedoras sigue abierto. “Siempre fui de ir mirando el paisaje y cuando algo en el camino me inspira, voy atrás de ello”, dice Noelia, reflejando su espíritu innovador. Por su parte, Leticia comparte la misma visión: “Seguramente sí, y ojalá sean varios más”, afirma sobre la posibilidad de seguir emprendiendo juntas.