Contexto
¿Cómo operaban las detenidas para adoctrinar?
Crearon una plataforma digital bajo el pretexto de enseñar la religión musulmana a mujeres. Sin embargo, el contenido era radical, con mensajes que normalizaban la violencia y exaltaban la yihad armada. Usaban esta “academia” para formar a otras mujeres en ideologías terroristas.
¿Qué tipo de contenidos difundían?
Difundían publicaciones violentas y radicales, muchas vinculadas a la organización terrorista Dáesh. Publicaban comentarios sobre su intención de hacer la yihad y alababan ataques terroristas, como la agresión a seis mujeres en el metro de Barcelona en febrero.
¿Qué medidas tomaban para evitar ser detectadas?
Eran conscientes del riesgo de ser captadas por la policía y adoptaban estrictas medidas de seguridad digital para proteger su anonimato y el a su plataforma.
¿Cuál fue el origen de la investigación?
En 2024, expertos en lucha antiterrorista detectaron perfiles en redes sociales que difundían contenido radical. Estas cuentas, istradas por las detenidas, llamaron la atención por su perfil violento y su capacidad de adoctrinar.
¿Qué pasó tras la detención?
Se realizó un registro en su domicilio donde se incautó material electrónico y documentación. Una de las hermanas fue enviada a prisión preventiva por orden judicial, y la otra quedó en libertad con restricciones.
Cómo sigue
La investigación continuará analizando el material incautado para identificar el alcance real de la red de adoctrinamiento y posibles vínculos con otros grupos o individuos.
Se espera que las medidas judiciales contra las detenidas sirvan como precedente para combatir la radicalización a través de plataformas digitales, especialmente aquellas que utilizan la fachada religiosa para captar seguidores y fomentar la violencia.
El caso pone en evidencia el desafío que representan las nuevas formas de adoctrinamiento terrorista en el entorno virtual y la necesidad de adaptarse a estas amenazas para proteger a colectivos vulnerables, como las mujeres musulmanas en riesgo de radicalización.
FUENTE: El Observador