3 de abril 2025 - 10:35hs

En el marco de su decisión de imponer aranceles recíprocos a casi todo el planeta, Donald Trump cargó el 10% a las importaciones provenientes de las Islas Heard y McDonald, territorios australianos deshabitados ubicados en el Atlántico Sur. Estas islas, conocidas por su inaccesibilidad y por ser hogar de colonias de pingüinos y focas, han sido incluidas en una lista de "países" sujetos a nuevas tarifas comerciales por parte de la Casa Blanca.

Las Islas Heard y McDonald son territorios externos de Australia, situados a medio camino entre Madagascar y la Antártida. Su lejanía es notable: se requiere un viaje en barco de aproximadamente dos semanas desde Perth, en la costa oeste australiana, para llegar a ellas. Además, no cuentan con habitantes permanentes, y la última visita registrada data de hace casi una década, según informó The Guardian.

La decisión de imponer aranceles a estas islas ha sido recibida con asombro por parte del gobierno australiano. El primer ministro, Anthony Albanese, expresó: "Ningún lugar en la Tierra está a salvo". Esta declaración subraya la sorpresa ante la inclusión de territorios tan remotos y sin actividad comercial significativa en las recientes políticas arancelarias de Estados Unidos.

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Lo que resulta aún más desconcertante es que, según datos del Banco Mundial, en 2022 Estados Unidos importó productos por un valor de 1,4 millones de dólares desde las Islas Heard y McDonald, casi en su totalidad clasificados como "maquinaria y productos eléctricos".

Esta cifra es sorprendente, dado que las islas carecen de infraestructura, edificaciones o residentes humanos que puedan respaldar tales exportaciones. En los cinco años anteriores, las importaciones desde estas islas oscilaron entre 15.000 y 325.000 dólares anuales, informó Indian Express.

Otras islas afectadas por los aranceles de Trump

Además de las Islas Heard y McDonald, otros territorios externos de Australia, como las Islas Cocos (Keeling), la Isla de Navidad y la Isla Norfolk, también han sido afectados por los nuevos aranceles.

Particularmente, la Isla Norfolk, con una población de 2.188 personas, enfrenta un arancel del 29%, 19 puntos porcentuales más alto que el impuesto al resto de Australia.

El primer ministro Albanese comentó al respecto: "Norfolk Island tiene un arancel del 29%. No estoy seguro de que Norfolk Island, con todo respeto, sea un competidor comercial con la gigantesca economía de Estados Unidos, pero eso solo muestra y ejemplifica el hecho de que ningún lugar en la Tierra está a salvo de esto".

La comunidad internacional ha reaccionado con perplejidad ante estas medidas. Expertos en comercio internacional señalan que la inclusión de territorios sin actividad comercial significativa en la lista de aranceles podría deberse a errores istrativos o a una falta de comprensión de la geografía y las relaciones comerciales por parte de la istración estadounidense.

Mientras tanto, las colonias de pingüinos y focas de las Islas Heard y McDonald continúan ajenas a las disputas comerciales humanas que ahora las involucran indirectamente.

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