Contexto
¿Qué busca la ley No Tax on Tips?
La propuesta elimina el impuesto federal sobre las propinas que los empleados reportan a sus empleadores, estableciendo una deducción fiscal de hasta 25.000 dólares para trabajadores que ganen menos de 160.000 dólares al año, con ajustes futuros según la inflación. La idea es aliviar la carga fiscal sobre los trabajadores que dependen de propinas. Si la ley es aprobada, el Departamento del Tesoro tendrá 90 días para publicar una lista de ocupaciones que podrían estar incluidas. Algunos ejemplos podrían ser, entre otros, camareros, barmans y conductores de delivery.
¿Quién impulsó esta iniciativa?
El senador republicano Ted Cruz la introdujo en enero con un grupo bipartidista de co-patrocinadores, entre ellas las senadoras demócratas de Nevada, Jacky Rosen y Catherine Cortez Masto. Rosen fue quien solicitó el martes su aprobación rápida en el Senado, lo que fue aprobado sin objeciones. "Nevada tiene más trabajadores con propinas per cápita que cualquier otro estado. Así que este proyecto de ley significaría un alivio financiero inmediato para innumerables familias trabajadoras", dijo Rosen, según recogió NBC News.
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La senadora Jacky Rosen presentó el proyecto en la cámara alta
AP
¿De dónde surgió la propuesta?
El proyecto de ley surge de una promesa de campaña de Donald Trump, que también hizo luego su rival demócrata, Kamala Harris. "Para aquellos trabajadores de hoteles y personas que reciben propinas, estarán muy felices. Porque cuando llegue al cargo, no vamos a cobrar impuestos a las propinas", dijo el republicano en junio durante un mitin en Las Vegas, Nevada, en el que dijo que la sugerencia se la hizo una camarera local. Las Vegas es una ciudad conocida por sus casinos, en la que los restaurantes y hoteles dan trabajo a más del 20% de la fuerza laboral del estado. La promesa de Trump fue, a la vez, un guiño a los votantes latinos de Nevada, que representan el 20% del total.
¿Cuál ha sido la reacción de distintos sectores?
Mientras la Asociación Nacional de Restaurantes apoyó el proyecto, expertos en política fiscal y sindicatos han sido críticos. Argumentan que la eliminación del impuesto a las propinas podría ser solo un beneficio marginal para muchos trabajadores que ya no pagan impuestos federales o, peor aún, incentivar la reclasificación de salarios como propinas, perpetuando un sistema salarial con dos niveles. Los trabajadores que reciben propinas "no representan una gran parte" de la población activa, suelen ser "mucho más jóvenes que los que no las reciben y muchos de ellos ya tienen una cuota muy baja del impuesto federal sobre la renta", según un análisis del Budget Lab de la Universidad de Yale que publicó The Washington Post.
¿Cómo se vincula con debates más amplios sobre el salario mínimo?
La iniciativa ocurre en un contexto donde hay una discusión mayor sobre eliminar los salarios “submínimos” en sectores con propinas, para establecer sueldos básicos más altos y garantizar un ingreso estable, una batalla que sigue abierta en varios estados. Según una investigación del Instituto Brookings, el 37% de los trabajadores que reciben propinas ya no pagan impuestos federales sobre la renta porque sus ingresos son muy reducidos, por lo que consideran que eliminar los salarios inferiores al mínimo para los trabajadores que reciben propinas tendría un mayor impacto.
¿Qué papel tuvo el apoyo bipartidista?
La ley tuvo apoyo de republicanos y demócratas, reflejando un consenso político inusual en temas fiscales. "Mientras el presidente Trump y los republicanos impulsan exenciones fiscales para los multimillonarios y cargan la factura sobre la clase media, los demócratas del Senado se mantienen firmes para proteger a las familias trabajadoras de Estados Unidos", consideró el líder de la minoría demócrata en la cámara alta, Chuck Schumer.
Cómo sigue
La aprobación en el Senado es solo el primer paso para que la ley No Tax on Tips se convierta en realidad. Ahora debe pasar a la Cámara de Representantes, donde los republicanos buscan incluirla dentro de un paquete más amplio para avanzar con la agenda de Donald Trump, aunque podrían también aprobarla como una ley independiente. Esta flexibilidad permitirá que el proyecto avance pese a las posibles resistencias, especialmente porque cuenta con apoyo en ambos partidos.