El anuncio de la compra de tres frigoríficos de Marfrig por parte de su competidora Minerva, que sumaría siete plantas en Uruguay, encendió alarmas a todo nivel el lunes 28 de agosto.
No habían pasado dos semanas desde que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Coprodec) autorizara la adquisición del frigorífico BPU por parte de Minerva.
Con esta resolución, desde el 15 de agosto la participación de la firma brasileña con capitales saudíes en la faena pasó de 17% a 25%. Y ahora planteaba saltar a casi 43% de la cuota de faena y de compra de hacienda, un negocio que involucra a unos 45.000 productores ganaderos.
Desde el presidente Luis Lacalle Pou a las gremiales rurales, pasando por los trabajadores de la industria frigorífica, el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), ministros y parlamentarios a los consignatarios de ganado expresaron preocupación por los riesgos que entienden que se desprenden de esta concentración.
Al otro día del anuncio de Minerva –el negocio es parte de una operación regional para comprar un total de 16 plantas de Marfrig en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina por US$ 1.500 millones– una delegación de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) fue recibida por el Presidente de la República.
En esa reunión le presentaron un documento con el escenario que resultaba del negocio: un incremento de la concentración del negocio frigorífico que consideran “peligroso”.
La ARU analizó los cambios en el mercado uruguayo con dos indicadores usados en Estados Unidos para medir la concentración en un mercado.
Según el índice C4 que emplea la Comisión Federal de Comercio (FTC) con la nueva incorporación de plantas por parte de Minerva la participación de las cuatro principales empresas en el mercado subiría de 61% a 69%.
¿Por qué vende Marfrig? Álvaro Ferrés, presidente de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), que nuclea a los corrales de engorde, dijo esta semana en Tiempo de Cambio de Radio Rural que le preocupa por qué vende Marfrig: ¿Es porque le pagan las plantas caras o porque el negocio está mal?
La operación, señaló, ha contribuido a generar una incertidumbre aún mayor en un mercado afectado por un agudo ajuste de precios del ganado.
“Cuando pasan estos movimientos grandes, si uno está jugado a negocios con el que vende, y no sabe qué va a hacer el que compra, eso genera incertidumbre por la evolución del mercado, y para el productor siempre es mejor que haya una mayor cantidad de industrias compitiendo por el ganado”, dijo Ferrés.
La operación es planteada en el momento más adverso para la ganadería en mucho tiempo.
Cómo garantizar que el productor uruguayo siga teniendo un mercado competitivo a la hora de vender su ganado, es el gran desafío que tendrá que dilucidar la Comisión de Defensa de la Competencia que se enfrenta a una decisión que, en un sentido u otro, será histórica.