Es nada más que una cifra redonda, un mojón que puede correrse un poco hacia atrás o un poco adelante en el tiempo sin que nada cambie. Sin embargo, para eso sirven los mojones, para detenerse aunque más no sea un rato a evaluar el camino recorrido y para otear el camino a recorrer. 100 días transcurrieron desde que el Frente Amplio asumió el gobierno con Yamandú Orsi a la cabeza. Parece casi nada en la vida de una persona, poco en la historia de un país, y un pequeño tramo en la trayectoria de un gobierno que tendrá una extensión de cinco años. Sin embargo, en ese breve lapso pasaron cosas. Se confirmaron algunas previsiones y ocurrieron hechos imprevisibles. Y Orsi tuvo que dar algunas pruebas para desalentar a quienes desde la oposición lo presentaban como una persona de carácter débil, con un discurso tambaleante.
Y, hablando de tiempo, Orsi se ha tomado el suyo antes de tomar decisiones sobre alguno de los temas más arduos que se la han presentado.
Era de esperar el andar manso de Orsi en el ejercicio del poder, un hombre que ya en la campaña electoral se había mostrado como un hombre de bajo perfil, sin el carisma ni la verba de Tabaré Vázquez o José Mujica.
El primer ruido de estos primeros 100 días lo provocó la noticia de que la ministra de Vivienda, Cecilia Cairo, tenía un terreno en condiciones irregulares. “No pienso en renunciar”, dijo la ministra ese martes 15 de abril tras la noticia del programa la pecera y mientras invitaba a los periodistas a recorrer su predio. Los apoyos del MPP fueron inmediatos, tanto a través de un comunicado oficial como en declaraciones de varios de sus representantes. Pero el viernes 18 de abril todos ellos quedaron desairados. “Conversé con el presidente y presenté mi renuncia al cargo de ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial. Quiero agradecerle la confianza y el cariño que me ha dado”, tuiteó Cairo por la mañana. “En virtud de los hechos de público conocimiento, la ministra Cecilia Cairo me presentó su renuncia. He decido aceptarla. Tema resuelto”, sumó más tarde el presidente Orsi. El mandatario se tomó su tiempo pero, finalmente, eligió un camino que no era el que había marcado su propio sector que pretendía la continuidad de la jerarca en su cargo. Es evidente que la renuncia de Cairo –“no pienso renunciar”, había dicho-, fue forzada por Orsi.
Durante la ceremonia fúnebre por la muerte del expresidente José Mujica se gestó otro de los asuntos con los que tuvo que lidiar Orsi. El 14 de junio, el secretario de la Presidencia, Alejandro “Pacha” Sánchez, anunció que, en homenaje al líder muerto, el gobierno había comprado 4.400 hectáreas de campo a un costo de US$ 32,5 millones.
La polémica quedó servida y desde la oposición se cuestionó la decisión bajo el argumento de no se trataba de un buen negocio y que el anuncio tenía meros objetivos pirotécnicos. Sobre ese asunto, el Frente Amplio se alineó y el presidente Orsi también defendió la compra.
en los tironeos con su sector político, Orsi hasta ahora ha impuesto su postura. Claramente el presidente no es un decapitador de funcionarios y ha dejado pasar algunos días antes de proceder para poner orden. en los tironeos con su sector político, Orsi hasta ahora ha impuesto su postura. Claramente el presidente no es un decapitador de funcionarios y ha dejado pasar algunos días antes de proceder para poner orden.
Pero junto con la discusión por el campo, la oposición empezó a cuestionar al presidente del Instituto de Colonización, Eduardo Viera, por considerar que su condición de colono le impedía ejercer el cargo.
En ese punto, las diferencias entre Orsi y el MPP volvieron a quedar expuestas. Y el punto demoró unos cuantos días en zanjarse. Después de que el mujiquismo defendiera la legalidad del lugar que ocupaba Viera, argumentando que otros directores del instituto habían sido colonos, el presidente Orsi se pronunció sobre el punto. “Lo que debe hacer (Viera) es poner un paréntesis (en su condición de colono), se verá cuál es la forma para que esa unidad productiva no se apague, porque funciona bien. Lo cierto es que hay una situación, ahora él va a tener que dejar de usufructuar los beneficios de ser colono”, declaró el presidente el viernes 23 de mayo.
Las palabras de Orsi embretaron a Viera. Dirigentes de la oposición consultados por El Observador en esa oportunidad adelantaron que al presidente de Colonización no le quedaría otro remedio que renunciar al cargo porque el traspaso del campo no era una transacción sencilla.
Efectivamente, 29 de mayo, Viera anunció, con el ministro de Ganadería Alfredo Fratti a su lado, que renunciaba al cargo. "La decisión la tomo porque no quiero que sigan jorobando y manoseando a Colonización. Mi decisión es para proteger a Colonización, a los colonos y para no generar problemas en el gobierno", dijo Viera.
Es decir, en los tironeos con su sector político, Orsi hasta ahora ha impuesto su postura. Claramente el presidente no es un decapitador de funcionarios y ha dejado pasar algunos días antes de proceder para poner orden.
Acerca de las críticas de senadores del FA a las designaciones de Beatriz Argimón y de Carolina Ache en la Unesco y en la embajada de Portugal, el presidente aún no se ha expedido.
En el futuro inmediato, Orsi deberá enfrentar otro asunto que probablemente lo obligue a mediar y tomar decisiones en la interna del gobierno. La desindexación de salarios con la que insiste el ministro de Economía, Gabriel Oddone, colisiona con la postura de los integrantes del MPP quienes no quieren saber nada con esa propuesta. Estas diferencias se vienen arrastrando desde la campaña electoral y, en aquel entonces, Orsi dijo que se atendrá al programa del Frente Amplio y que “en última instancia, la conducción económica siempre va a estar en manos del presidente”.
Lucía Topolansky dijo este miércoles que a Orsi “se le quiere imponer un estilo” pero señaló que el exintendente canario es distinto a los anteriores presidentes. “En la vida vos podés ser Quijote y soñar, y hay que soñar, es bueno que los políticos sueñen, pero tenés que andar con Sancho al lado, porque Sancho es el cable a tierra. Y Yamandú tiene muchísimo de cable a tierra, es un buen Sancho en muchas cosas”, declaró Topolansky a Subrayado.
En estos primeros 100 días de gobierno, a su manera y con sus sosiegos, Orsi apagó los focos que se encendieron por ciertas impericias en el seno de la istración. Pero el tiro es largo y seguramente habrá otros fuegos, otros molinos, que lo pondrán a prueba.