Historiador egresado de la Universidad de Buenos Aires y Doctor en procesos Políticos Contemporáneos de la Universidad de Salamanca.
Mientras el presente se desliza velozmente y el futuro se vuelve incierto, el pasado es el insumo favorito de las élites políticas. Franco, el comunismo y las nostalgias mal digeridas sirven más para dividir que para comprender.
A cuatro meses desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ya siente en carne propia los límites entre el show electoral y la gobernabilidad real. Prometió velocidad, pero la realidad es resistente a los guiones escritos en campaña.
Desde Chamberlain hasta el Brexit, pasando por la arrogancia de Bruselas y los nuevos outsiders políticos, Europa se repite en subestimar los síntomas del malestar social hasta que la realidad se impone como una bofetada.
Si el papa Francisco representó el liderazgo de los sectores de la izquierda global, el estadounidense Robert Prevost encarna el equilibrio de una Iglesia más moderada ante un mundo amenazante.
En sus primeros cien días, Donald Trump no decepcionó a sus seguidores: recuperó el centro de la escena global, enfrentó al "Deep State", reordenó la agenda internacional y dejó en claro que Estados Unidos ya no es una ONG.
La muerte de Francisco marca el fin de un ciclo en la Iglesia Católica. Entre elogios interesados y silencios estratégicos, empieza la verdadera disputa: quién moldeará el futuro del papado. La foto icónica de Trump y Zelenski.
La muerte del Papa Francisco marca el fin de un pontificado singular, signado por tensiones geopolíticas, disputas internas en la Iglesia, gestos simbólicos contradictorios y una estrategia que incomodó a los conservadores, pero también a varios progresistas.
La reciente visita de Pedro Sánchez a China despertó tensiones en la Unión Europea y malestar en EEUU. Es que no fue solo una apuesta comercial. El viaje reveló la existencia de una posición política internacional que incomoda a propios y extraños.
El presidente de EEUU intenta quebrar la tendencia que arrastra a su país a la decadencia desde hace varios años. Podrá resultar un acierto o un fracaso, pero se parece a la iniciativa de Ronald Reagan en los '80.