Las presiones para que el Gobierno dé presiciones sobre cuál será el camino para el levantamiento cepo cambiario no cesan. Eso es lo que refleja el Indice de Condiciones Financieras (ICF), que elabora en forma mensual el Instituto Argentino de Ejecutivo de Finanzas (IAEF) junto con la consultora Econviews, que dirige Miguel Kiguel. “La aprobación de la Ley Bases y la fuerte baja de la inflación mensual no alcanzaron para zanjar las dudas sobre la marcha del plan económico, y sobre todo, el esquema cambiario”, sostiene el informe recientemente dado a conocer.
“El gobierno insiste en que el superávit fiscal y las reformas estructurales por venir justifican un peso fuerte. Pero el BCRA no pudo acumular reservas en junio, un mes ‘fácil’ por la cosecha gruesa, dando la sensación de que el tipo de cambio está apreciado”, sostiene el informe, que añade que “la válvula de escape es la brecha cambiaria, que subió de 28 a 43% promedio de mayo a junio y llegó a 57% en los primeros días de julio”.
“Los bonos y las acciones argentinas también sufren. Para colmo, el mundo no ayuda. Las condiciones externas tuvieron su peor mes desde octubre. La Reserva Federal da señales de que no tiene apuro en bajar tasas, a diferencia del Banco Central Europeo u otros países desarrollados, lo que llevó a un fortalecimiento del dólar en el mundo”, añadió en una visión global de la situación.
El crecimiento de la brecha cambiaria es una mala noticia para un eventual levantamiento del cepo. “La gran pregunta es por el cepo. La promesa de 'emisión cero' y bajar el impuesto PAIS de 17.5 a 7.5% no calmaron al mercado, que quiere un programa concreto para levantar los controles cambiarios”, explica el informe de IAEF.
El Indice de Condiciones Financieras sigue, sin embargo, en terreno positivo, aunque mostró un deterioro de 24 puntos en relación al mes pasado, quebrando seis meses consecutivos de aumentos en los que había ganado 240 puntos. “Unificar el tipo de cambio tendría costos concretos para el ICF (y la actividad), porque requiere subir las tasas de interés que hoy son neutras o levemente negativas en términos mensuales, y aceleraría la inflación en el corto plazo”, añadió el trabajo.
No obstante el informe consideró que “la mejora de las expectativas podría compensar vía las acciones, el riesgo país y los futuros de dólar. Tanto los futuros (medidos como el spread entre los contratos a un mes y un año) como los bonos dólar-link tienen implícito en sus precios un nuevo salto discreto del tipo de cambio”.
En la Bolsa de Comercio, Milei sembró otro interrogante: ¿el dólar flotará o habrá un tipo de cambio fijo?
Al participar este miércoles en el 170° Aniversario de la Bolsa de Comercio, el presidente Javier Milei volvió a insistir en que no están dadas las condiciones para salir del cepo cambiario y añadió que para que eso suceda, primero hay que terminar de resolver el problema de la inflación. Pero además, Milei planteó ante los hombres fuertes de la city porteña un interrogante sobre cómo será programa cambiario una vez que se levante el cepo: “Tenemos que decidir si vamos a un tipo de cambio fijo o si vamos a flotar”.
De este modo, el mandatario sumó una nueva incertidumbre. Un tipo de cambio fijo sería posible si mantuviera fija la cantidad de dinero, en línea con la “emisión cero” que pregona el mandatario..
Sin embargo, la dificultad radica en que las arcas del Banco Central siguen en un nivel casi nulo, sobre todo luego del pago a bonistas de anteayer. Por lo tanto, la base monetaria no tendría ningún respaldo en divisas, generando desconfianza sobre el eventual esquema de tipo de cambio fijo.
El último esquema de tipo de cambio fijo que experimentó la Argentina fue el de la Convertibilidad, en la década del '90. En ese momento, el BCRA sostenía la paridad 1 a 1 con el dólar emitiendo pesos para comprar dólares; cuando los agentes querían salir del peso, el central recompraba esos pesos y los cambiaba por dólares.
El esquema de flotación es impulsado por el Fondo Monetario Internacional en su último staff report, donde se señala que la Argentina adoptaría un esquema de “competencia de monedas” similar al que existe en otros países de la región como Uruguay y Perú. Son países con una baja inflación, estrictas reglas monetarias (especialmente Perú) y en ambos casos la monedas locales flotan.
Tanto Milei como el ministro de Economía Luis Caputo desconfían de este enfoque, y iten que en las actuales condiciones sería muy difícil adoptarlo.
Por lo pronto, ayer en la Bolsa de Comercio Milei insitió en que su objetivo principal es seguir bajando la inflación hasta que se ubique por debajo del ajuste del dólar oficial, que sube 2% mensual. Así, cuando la inflación se acerque a cero, recién ahí sería posible eliminar el ajuste cambiario mensual y ya dejarlo establecido.