El Banco Central (BCU) realizó su primera estimación sobre el desempeño de la economía para este año. La proyección se efectuó tomando como base dos escenarios diferentes de tensiones comerciales. En el más favorable, el crecimiento se ubicaría en 3% y en el más complicado sería de 2,5%.
El informe de política monetaria correspondiente al primer trimestre de este año -publicado este miércoles- indicó que la alta incertidumbre global plantea dos escenarios posibles para este año. En el primero, las tensiones comerciales globales continúan reduciéndose, mientras que en el segundo se intensifican y persisten, deprimiendo la actividad global y aumentando la volatilidad de los mercados financieros globales.
En ambos escenarios, la inflación interanual evolucionaría dentro del rango de tolerancia durante todo el horizonte de política monetaria (24 meses), con una senda que se acerca al objetivo (4,5% ) con mayor rapidez que en el pasado. Este lunes se conoció el dato de abril que mostró una desaceleración de la inflación a 5,4% interanual. Así cumplió 23 meses dentro del rango de tolerancia establecido por el BCU de entre 3% y 6%.
20250324 Fachada del Banco Central del Uruguay, BCU.
Foto: Inés Guimaraens
El informe indicó que en un escenario de descompresión de tensiones comerciales se observa una situación similar a la prevista antes de la agudización de la guerra comercial y del cambio de política cambiaria en Argentina. El BCU expresó que en esa situación se esperaría que la economía uruguaya crezca en el entorno del 3%.
A su vez, las proyecciones en un escenario de tensiones comerciales elevadas, la economía crecería en el entorno de 2,5% promedio en 2025. En este caso, el principal motor de la expansión seguiría siendo el gasto privado.
La economía uruguaya creció 3,1% el año pasado y tuvo como factores principales a la producción de soja, la generación de energía y el funcionamiento a pleno de la tercera planta de celulosa.
Las previsiones oficiales están dentro de las efectuadas a nivel local y algunos organismos internacionales.
Los analistas e instituciones que respondieron en abril la encuesta de expectativas del BCU mantuvieron sus pronósticos de crecimiento para la economía, con una mediana de respuestas de 2,5% para este año.
A fines del mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó la estimación de crecimiento para Uruguay que quedó en 2,8% para este año desde el 3% previsto en enero.
El Banco Mundial tomó el mismo camino y ajustó a la baja las proyecciones de crecimiento. En el último reporte de abril previó una expansión de 2,3% desde el 2,6% anterior.
Por su parte, la encuesta de Focus Economics pronostica una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,5% para este año.
Los riesgos
Las dos estimaciones se enmarcan en un contexto de riesgos y están sujetas a un nivel de incertidumbre bastante más elevado que el habitual. El BCU mencionó que los principales riesgos internacionales refieren a la situación macro-financiera de la región, el ritmo de salida de la fase contractiva de política monetaria en los países desarrollados, las dificultades para sostener el dinamismo de la economía china y especialmente la evolución de los conflictos geopolíticos y comerciales.
Añadió que a nivel doméstico se destaca el desalineamiento de las expectativas de inflación respecto al objetivo de 4,5%.
Respecto al nivel de actividad indicó que la región se mantiene en zona de riesgo, por la persistencia de desequilibrios macroeconómicos y la incertidumbre económica y política. En ese contexto señaló que Argentina evoluciona favorablemente en los últimos meses, pero persisten riesgos en la continuidad de su plan, al tiempo que quedan ajustes por efectuar. El BCU agregó la alta incertidumbre en Brasil, respecto a la consolidación fiscal y la evolución de la inflación.
Otro riesgo resaltado fue el geopolítico-comercial que actualmente incluye los impactos de los conflictos bélicos en desarrollo, con consecuencias financieras y en los precios de los commodities, y el efecto de la guerra comercial, asociada a la incertidumbre sobre la marcha de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.