Una reciente evaluación de la Auditoría Interna de la Nación (AIN) -un órgano desconcentrado del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)-, reveló que el Ministerio de Relaciones Exteriores aún mantiene serias debilidades en el control del uso de fondos públicos por parte de sus misiones diplomáticas y oficinas consulares.
A través de un nuevo informe en el que evaluó las medidas adoptadas por Cancillería para corregir las fallas que habían sido detectadas en 2022, la auditoría reconoció avances parciales, aunque concluyó que persisten debilidades críticas en el control de los fondos istrados por las misiones diplomáticas y las oficinas consulares en el exterior.
En concreto, la auditoría tuvo como objetivo verificar la situación del organismo en 2024 y evaluar si el Ministerio logró mitigar los riesgos identificados en el informe original, aprobado en abril de 2022. En aquella instancia, la AIN había concluido que el control interno presentaba serias fallas que comprometían la transparencia y eficiencia en la rendición de cuentas de los fondos públicos.
En esta nueva evaluación, se revisaron cinco hallazgos claves. De ellos, tres mostraron avances parciales que permitieron reducir la criticidad en dos casos: uno pasó de un nivel extremo a alto, y otro de alto a medio, mientras que los dos hallazgos restantes aún están en proceso de corrección.
Debilidades en los controles sobre las rendiciones de cuenta
Uno de los puntos más críticos, con un nivel de riesgo "extremo", según la AIN, sigue siendo el de las debilidades en los controles sobre las rendiciones de cuenta.
El informe reveló que aún "se mantienen los atrasos" en los controles de las rendiciones de cuenta, con algunas misiones y oficinas consulares que tienen observaciones por corregir desde 2021, mientras que otras mantienen registros de ajustes realizados en un mes ficticio denominado "mes 13", correspondientes a ingresos y egresos del año 2020, es decir de ejercicios ya finalizados.
De acuerdo con la auditoría, esta situación expone a Cancillería a riesgos de nivel "extremo", como que se efectúen gastos para fines distintos a los establecidos en la normativa, y que se imputen gastos a partidas que no corresponden.
Por otro lado, el informe señaló que el equipo responsable del análisis en la Dirección Financiero Contable (DFC) de Cancillería está integrado por cinco funcionarios que fueron incorporados entre 2022 y 2024, hecho que fue reportado por el propio Ministerio como una dificultad para ejecutar los procesos de control, dada la escasa experiencia de esas personas. Por ese motivo, la AIN concluyó que es la dirección de la DFC la que debe revisar y corregir cada informe antes de remitirlo, lo que genera demoras adicionales.
Entre las acciones implementadas, se destacan algunas instancias de capacitación: 18 misiones fueron capacitadas en 2022, tres en 2023 y cuatro en 2024 (los registros son hasta octubre). También se creó un entorno virtual para formar a los funcionarios destinados al exterior.
Pese a esos esfuerzos, la AIN advirtió que el nivel de criticidad del hallazgo continúa siendo extremo, y recomendó revisar y optimizar los procedimientos de control, asignar responsables claros, considerar la incorporación de personal capacitado y establecer un sistema de monitoreo periódico. También insistió en continuar y fortalecer la capacitación a las misiones, especialmente aquellas que enfrentan más dificultades al momento de presentar sus rendiciones de cuentas.
El informe concluyó que, aunque hay avances, la Cancillería aún enfrenta riesgos significativos que podrían afectar la transparencia y eficiencia en la gestión de los recursos públicos en el exterior.
Otras debilidades encontradas en Cancillería
Además de las debilidades en los controles sobre las rendiciones de cuentas, el informe de la AIN detalló lo ocurrido con los otros cuatro hallazgos reportados en 2022, vinculados a: rendiciones de cuenta anteriores al año 2019 (nivel de riesgo alto), saldos superavitarios en la situación financiera de las misiones y oficinas consulares (nivel alto de criticidad), información sobre el cierre de las misiones (nivel de criticidad medio) y sistema informático de gestión GRP (nivel de riesgo alto).
En relación a las rendiciones de cuenta anteriores a 2019, la AIN señaló que "la ausencia de controles oportunos no permite contar con registros confiables que reflejen la situación financiera real de cada misión", lo que implica "un riesgo considerable de que se repita la situación observada" en 2022.
Por otro lado, en lo que refiere al sistema informático de gestión, la auditoría indicó que "existen transacciones de carácter financiero contable que no cuentan con la funcionalidad de registro de auditoria activa", así como tampoco "se ha establecido un mecanismo de control periódico sobre los logs" de auditoría generados, lo que no permite identificar a los responsables de las operaciones realizadas.