En un mundo donde la sostenibilidad se impone como eje estratégico para cualquier sector, el sistema financiero ocupa un rol central en la movilización de recursos hacia una economía más inclusiva, justa y baja en carbono. En ese marco, Itaú ha definido una hoja de ruta clara, integrando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en su modelo de negocio y comprometiéndose activamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
“La sustentabilidad es la manera de pensar nuestro modelo de negocio. Queremos contribuir al desarrollo de economías sostenibles y empoderar a las personas a construir un mundo mejor”, afirman desde el banco, subrayando que se trata de un proceso dinámico, que evoluciona al ritmo de las demandas sociales, ambientales y económicas.
Fiel a este compromiso, desde 2017, Itaú cuenta con un área específica de sustentabilidad, que articula con las distintas áreas del banco y coordina una estrategia transversal basada en el análisis de riesgos y oportunidades. Esta mirada ESG se integra a través de un equipo de trabajo multidisciplinario que involucra a los sectores de Operaciones, Banca Minorista, Mayorista y Riesgos, y se plasma en una agenda de acción concreta.
En 2023, la entidad dio un paso más y creó una unidad dedicada al análisis de riesgo socioambiental, con el objetivo de priorizar aquellos proyectos con impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Esta línea de trabajo se apoya en un análisis permanente de contexto, que evalúa cómo los factores ESG inciden tanto en el entorno macroeconómico como en el modelo de negocio del banco.
“Creemos que los ODS pueden impulsar transformaciones positivas porque ayudan a dirigir esfuerzos y priorizar iniciativas”, señalan desde Itaú, destacando también el papel del sector privado como motor de inversión, generador de empleo y promotor de prácticas responsables en toda su cadena de valor.
Compromiso Net Zero
Uno de los hitos más relevantes de la estrategia sustentable de Itaú es su adhesión, en 2021, a la Net Zero Banking Alliance (NZBA), iniciativa liderada por la ONU para alinear las carteras de crédito de las instituciones financieras con la meta de emisiones netas cero a 2050. En este marco, el banco lanzó en 2024 su programa Net Zero, una iniciativa que busca fortalecer el compromiso interno con la descarbonización y generar impacto también en su base de clientes.
“El banco, desde su financiamiento, acelera y ayuda a las empresas que están haciendo la transición a una nueva economía. Somos socios de nuestros clientes en este camino”, explican. El enfoque no es solo ambiental: también contempla un cambio cultural, donde la sostenibilidad se entienda como parte de la rentabilidad integral de los negocios.
En 2024, Itaú activó líneas de crédito a tasa cero para que sus colaboradores puedan adquirir vehículos eléctricos, híbridos o es solares, lo que generó un movimiento superior a los US$ 400.000. En paralelo, el banco destinó más de US$ 150 millones en financiamiento a sectores con impacto positivo, consolidando su papel como actor relevante en el impulso de una economía sustentable.
Educación, diversidad e impacto social
Además de su apuesta por el financiamiento sostenible, Itaú sostiene una agenda social robusta que se articula con los ODS. En 2024, el banco participó activamente en la estructuración e implementación del primer Bono de Impacto Social del país, posicionándose como el mayor inversor privado de la iniciativa.
Por otra parte, a través de Fundación Itaú, la institución promueve proyectos educativos y culturales con foco en niños, adolescentes y jóvenes, reconociendo a la educación como herramienta clave para la transformación social.
La diversidad y la inclusión también ocupan un lugar prioritario en la estrategia ESG del banco. “Es un compromiso del que estamos orgullosos de haber avanzado en los últimos años”, afirman desde la organización, que impulsa políticas activas para generar entornos laborales más equitativos y representativos.
Justamente, la gobernanza, la ética y la integridad constituyen la base de toda la operación de Itaú. Desde este enfoque, el banco ha construido un modelo de gestión integrado con estándares, controles y lineamientos que siguen las mejores prácticas internacionales. Un pilar clave de este enfoque es su reporte anual de sustentabilidad, elaborado desde 2017 bajo estándares GRI, alineado con los principios del Pacto Global y el sistema de evaluación de Sistema B.
Este reporte no solo da cuenta de los avances del banco en materia ESG, sino que también opera como herramienta de transparencia y rendición de cuentas, contribuyendo al diálogo con los distintos grupos de interés.
Itaú se propone liderar la transición climática en Uruguay y la región. Su apuesta combina financiamiento, acción interna, transformación cultural y alianzas estratégicas. “Sabemos que lograr la neutralidad de emisiones no solo requiere compromiso propio, sino también de nuestros colaboradores, proveedores y clientes. Es un proceso que va de la mano de un cambio cultural”, concluyen desde el banco.
En el Día del Medio Ambiente, Itaú reafirma su compromiso con el desarrollo sostenible, convencido de que el sistema financiero tiene un rol esencial en la construcción de un futuro más resiliente, inclusivo y respetuoso con el planeta.
