3 de junio 2025 - 9:18hs

La Unión Europea (UE) prefirió adelantarse. Y atajó a Pedro Sánchez antes de que fuera tarde.

Mientras el presidente español aún delibera si aprobará o bloqueará la fusión de BBVA y Sabadell -consulta pública mediante-, el bloque europeo le dijo, en lenguaje comunitario aséptico, que no interfiera en una transacción que pasó los filtros técnicos por cuestiones políticas.

A la UE le preocupa que España ponga trabas a la consolidación bancaria, como están haciendo otros países, cuando entiende que Europa necesita instituciones financieras grandes y fuertes para poder competir globalmente.

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La advertencia no llegó en cualquier momento. La alarma sonó cuando el Ministerio de Economía decidió elevar al Consejo de Ministros la revisión sobre la operación.

Carlos Cuerpo, el ministro de Economía, aseguró que se busca determinar si existen en juego cuestiones de interés general más allá de las de competencia.

El empleo es uno de los grandes argumentos. El sindicato UGT, por ejemplo, asegura que en Cataluña el Banco Sabadell tiene 5.800 trabajadores y que fruto de la compra, se perderían hasta 3.200 puestos de trabajo directos y hasta el doble de indirectos.

El Ejecutivo, por su parte, cuenta hasta el 27 de junio para dar su veredicto.

Pero no sólo se trata de abortar la fusión o darle vía libre. También puede endurecer condiciones y compromisos que la hagan imposible y obliguen a BBVA a dar un paso al costado.

Y acá también pesan otras cuestiones, aunque no de interés general sino de interés para Pedro Sánchez.

Porque sus socios catalanes le respiran en la nuca (Junts y ERC).

En realidad, está cercado: la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz también espera que se oponga y Salvador Illa, al frente de la Generalitat, no tiene en sus planes perder al Sabadell como banco de Cataluña.

Una contienda nacional en la que todos tienen su bando

Pero Olof Gill, el vocero de la Comisión Europea para servicios financieros aclaró que no hay bases para detener el acuerdo si cumple con los estándares en materia de riesgo y competencia, particularmente cuando la consolidación bancaria es vital para construir prestamistas europeos más fuertes y luego hacer que funcione con éxito la “Unión de Ahorro e Inversiones” de la UE.

“Es importante que la concentración en el sector bancario se produzca sin que se impongan obstáculos fuera de lugar e inapropiados”, aseveró. Cuerpo, por su parte, dijo que no le inquietaba la “amonestación” de la UE.

En el último año, hubo bastante actividad de fusiones y adquisiciones (M&A) en la industria bancaria pero surgieron problemas con algunos gobiernos en el caso de grandes fusiones en Italia (la compra de Banco BPM por parte de UniCredit) y en Alemania (el control de Commerzbank por parte de UniCredit, una operación aún más difícil de digerir por ser transfronteriza).

La larga resolución de la oferta del BBVA se convirtió casi en una contienda nacional en la que todos tienen una posición.

BBVA asegura que se comprometió con el regulador del mercado en que limitaría el cierre de sucursales y mantendría las líneas vitales de financiación para pequeñas y medianas empresas (Pymes), la cartera crediticia más importante del Sabadell.

El banco catalán, en cambio, está convencido que una fusión como ésta dañaría la competitividad, en especial en el nicho de las Pymes, donde la entidad es fuerte.

La OPA tendrá su último episodio el 27 de junio. Y la Unión Europea estará mirando.

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