Contexto
¿Cómo se intensificó el conflicto comercial entre EE.UU. y China?
Tras el regreso de Trump a la presidencia, las políticas comerciales de EE.UU. hacia China se endurecieron aún más. A principios de 2025, las medidas de Biden ya mantenían una fuerte postura ante China, pero fue la política de Trump la que disparó los aranceles, con el objetivo de reformar la relación comercial entre ambos países y responder a lo que consideraba insuficientes esfuerzos chinos en la lucha contra el fentanilo y otras cuestiones comerciales.
¿Qué impacto tuvieron los aranceles sobre los productos específicos?
Los aranceles impuestos en 2025 afectaron principalmente a sectores clave como el acero y el aluminio, con tarifas de hasta el 45% para productos chinos. Sin embargo, China ya enfrentaba una tasa del 20% por estos productos, lo que limitaba el impacto directo de los aranceles estadounidenses. Más allá del acero y aluminio, las tarifas también gravaron vehículos, maquinaria agrícola y productos energéticos como el carbón y el gas natural.
¿Qué ocurrió después del “Día de la Liberación” de Trump?
El 2 de abril, Trump implementó una serie de aranceles adicionales, elevando los impuestos a las exportaciones chinas hasta un 54%, lo que provocó una dura respuesta de Pekín, con una nueva ronda de aranceles que alcanzaron el 34% para los productos de EE.UU. Al poco tiempo, Trump subió la carga a un 104%, mientras que China aumentó sus aranceles al 84%. Este ciclo de escalada culminó con aranceles que llegaron a 125% en China y 145% en EE.UU.
¿Cómo reaccionaron los dispositivos electrónicos?
A pesar de la escalada, los dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos, computadoras y chips, no fueron gravados con las nuevas tarifas. Estos productos, aunque provenientes de China, se eximieron de las tarifas más altas a partir de abril de 2025, quedando solo sujetos a un arancel del 20%.
Cómo sigue
El conflicto comercial entre EE.UU. y China sigue siendo una de las principales tensiones globales, y las negociaciones programadas en Ginebra este fin de semana ofrecen la posibilidad de una desescalada. Ambas potencias se han enfrentado a impactos económicos sustanciales, y el aumento de los aranceles ha afectado a empresas, consumidores y economías enteras. La situación está en un punto crítico, con las tarifas sobre productos clave manteniendo a las dos mayores economías del mundo en un constante tira y afloja. Las conversaciones en Suiza serán claves para determinar si las relaciones comerciales entre ambas naciones pueden normalizarse o si el ciclo de aranceles y represalias continuará intensificándose.