Donald Trump se vanaglorió en su momento de haber "matado Roe vs Wade", en referencia a la decisión de 2022 de la Corte Suprema de derogar el fallo que garantizaba el al aborto a nivel federal desde 1973. Desde que asumió en enero, el mandatario revocó medidas adoptadas por Joe Biden para garantizar el a la interrupción del embarazo, a la que se sumó ahora un lineamiento establecido por su antecesor para que los hospitales pudieran practicar abortos en situaciones de emergencia.
En julio de 2022, poco después de la decisión del máximo tribunal, que cuenta con una mayoría de jueces conservadores, tres de ellos nombrados durante el primer mandato de Trump, el gobierno de Biden publicó una directriz que establecía que los hospitales, incluso aquellos que estaban en estados donde estaba prácticamente prohibido el aborto, debían garantizar abortos de emergencia cuando la salud de la mujer estaba en riesgo en base a la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto (EMTALA, por sus siglas en inglés).
Esta ley, de 1986, exige que las salas de urgencias que reciben fondos de Medicare realicen un examen y proporcionen tratamiento estabilizador a todos los pacientes.
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Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), una división del Departamento de Salud, a cargo del secretario Robert F. Kennedy Jr., revocaron este martes esta directriz con el argumento que no se ajusta a la política de la istración Trump.
La agencia dijo en un comunicado que continuará aplicando la ley federal "inclusive para condiciones médicas de emergencia identificadas que pongan en grave peligro la salud de una mujer embarazada o de su hijo por nacer", pero que "trabajará para rectificar cualquier confusión legal percibida y la inestabilidad creada por las acciones de la istración anterior", consignó la agencia AP.
La reacción a la medida
La decisión del gobierno de Trump generó preocupación entre varios especialistas y defensores del derecho al aborto, que temen que las mujeres no tendrán a una interrupción del embarazo de emergencia en los estados que establecieron regulaciones más estrictas.
"Básicamente da una luz verde brillante a los hospitales de los estados rojos para rechazar a las mujeres embarazadas que están en peligro", dijo Lawrence O. Gostin, experto en derecho sanitario de la Universidad de Georgetown, a The New York Times.
Para varios especialistas, el cambio en la directriz podría generar dudas y llevar a que menos médicos estén dispuestos a practicar abortos en estas circunstancias. "Desde la revocación de Roe ya hemos visto que la incertidumbre y la confusión tienden a provocar que los médicos no estén dispuestos a intervenir, y cuanto más reacios estén los médicos a intervenir, más riesgo hay en el embarazo", afirmó al diario Mary Ziegler, profesora de la Universidad de California-Davis e historiadora del debate sobre el aborto en Estados Unidos.
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AP
Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro de Derechos Reproductivos, dijo en un comunicado que "la istración Trump prefiere que las mujeres mueran en las salas de emergencia antes que recibir abortos que salvan vidas". "Al retirar la orientación, esta istración está alimentando el miedo y la confusión que ya existe en los hospitales de todos los estados donde el aborto está prohibido", añadió.
Por su parte, el Instituto Guttmacher, defensor del derecho al aborto declaró que la medida muestra "un cruel desprecio por la ley y por la vida de las personas", según recogió la agencia AFP. De acuerdo con la institución, 13 estados, principalmente en el sur y este de Estados Unidos, tienen "una prohibición total del aborto".
Planned Parenthood también expresó su rechazo a la decisión. "Cada día, este gobierno lanza un nuevo ataque contra nuestro derecho más fundamental: tomar nuestras propias decisiones sobre nuestros cuerpos y nuestros futuros. Mujeres han muerto porque no pudieron obtener la atención de aborto que necesitaban para salvar sus vidas", señaló Alexis McGill Johnson, presidenta y directora general de la institución, en un comunicado.
