Las escuelas uruguayas tienen cada vez menos niños. Decenas de centros educativos rurales están por cerrar dada la falta de alumnos. Las instituciones del centro de Montevideo están sintiendo el corrimiento poblacional hacia la costa. Y en los barrios más pobres se hacen notar las consecuencias de “la gran caída” del embarazo en adolescente que empezó hace casi una década. Pero contra todo pronóstico, el año lectivo comenzó con 468 grupos escolares con más de 30 estudiantes en lista (el límite que establece la normativa salvo excepciones).
El futuro presidente del Codicen, Pablo Caggiani, había declarado el domingo que las autoridades le informaron sobre un inicio de clases “de acuerdo a lo previsto”, pero manifestó su preocupación por la superpoblación en algunos grupos. Y los datos que salen del sistema informático de Primaria validan esa inquietud.
En sexto año de la escuela 99 de Libertad, en San José, figuran 46 niños en lista. Es cierto que este centro educativo viene aumentando su matrícula y que el Instituto Nacional de Estadística evidencia un incremento del 20% poblacional desde el censo 2011 a 2023. Pero el dato, insisten en Primaria, “está raro”.
En la escuela 74 de Barra del Chuy, en Rocha, el grupo de cuarto figura con 41 alumnos inscriptos. Este centro educativo triplicó la población en una década fruto de la inmigración. Pero la inspectora tuvo que viajar este jueves para corroborar si esa “absurda” cifra de estudiantes era real o “había un error en el sistema informático”.
Los casos se cuentan de a decenas: tercer año de la escuela 44 de Montevideo, sexto grado de la escuela 88 de San José, primero A de la 409 del barrio La Paloma…
La circular 128 del año 2014 recomienda que, para un correcto aprendizaje y dinámica de clase, los grupos escolares no deberían superar los 25 alumnos (el promedio está por debajo). Y la ordenanza 14, la misma que regula a los colegios privados, reza: “Los grupos no podrán tener más de treinta alumnos”.
¿Cómo es posible, entonces, tamaño incumplimiento del reglamento?
En Primaria explican que hubo un “error informático”. El sistema Gurí, la plataforma online en que las familias inscriben a sus hijos, no tuvo tope por grupo. Eso derivó en que las listas se fueran llenando como un “barril sin fondo”.
El equipo informático, sin embargo, les aclaró a los maestros sindicalizados y a las autoridades del Codicen que esto no fue así: la Inspección Técnica estableció cupos por nivel en cada escuela y no se permitía más inscripciones tras superarse ese límite. El problema, insistieron en su explicación, es que el error estuvo en la planificación que hizo Primaria y en cómo se establecieron los límites (por ejemplo, no teniendo en cuenta la subdivisión de grupos o el corrimiento de matrícula).
Es que las inscripciones se realizan por nivel y no por grupos. La subdivisión en clases se realiza una vez que ya están los niños inscriptos (este año fue a partir del 24 de febrero).
Por si fuera poco, la cifra preliminar de matriculados que comenzaron las clases este miércoles no coincide con los sistemas informáticos ni con la lógica estadística. ¿En qué sentido? La Dirección General de Primaria informó que iniciaron las clases 316.510 alumnos (contando inicial, primaria común y educación especial). Pero el guarismo que sale del sistema, teniendo en cuenta los niños a los que se les asignó una escuela y aquellos que quedaron en el limbo porque han pedido pase, no llega a los 306.000.
El número de alumnos, por la caída de los nacimientos que se viene registrando, debería estar más cerca de la matrícula que maneja el sistema informático que lo informado a nivel oficial por Primaria. Mucho más si se tiene en cuenta que la ANEP proyectó una baja del 25% hacia 2030.
