Rafael Viñoly tuvo una carrera en la arquitectura que duró 58 años, durante la cual el uruguayo desarrolló más de 600 obras en diferentes países. Esa carrera lo llevó a recorrer el mundo con sus edificios y en su país natal construir varias obras icónicas como el Aeropuerto Internacional de Carrasco.
Dos semanas antes de fallecer, en marzo de 2023, Viñoly terminó de diseñar su último proyecto, un complejo de 120 viviendas de lujo en El Pinar con directo a la playa, un proyecto que encaró con la dirección de su hijo Román, quien habló con Café & Negocios sobre la obra y las lecciones que su padre le dejó.
Con una inversión de US$ 100 millones, la obra se pensó para que los habitantes se sientan “como en casa”, y desde el inicio del proyecto tuvo más de 125 versiones. Y 26 veces el arquitecto y su hijo comenzaron a pensar todo desde cero, desarrollar el proyecto con el plan de negocios y evaluar el producto.
“Llegamos a un cierto fin, no nos gustó y empezamos de cero”, recordó Román.
La capacidad de dar marcha atrás, volver al inicio y no tener miedo a empezar de nuevo, es uno de los aprendizajes que le dejó su padre.
Otra de las lecciones que le heredó fue que el proyecto "nunca se termina", que siempre hay lugar para mejorar los diseños, y que la construcción "es un performance art, es una actividad que asume todo el potencial del diseño y tiene la responsabilidad de ampliarlo y extenderlo, no es solamente ejecución".
Trabajo padre e hijo
Román y su padre Rafael crearon Integrated Developments, una desarrolladora con la que construyeron en Uruguay el Edificio Plaza Alemania. Esa obra tuvo mucho éxito y les gustó trabajar e invertir en Uruguay, por eso, en cuanto terminaron la construcción de ese edificio, con ganas de volver a invertir en el país, Román comenzó a pensar en crear una oferta de viviendas de lujo para la zona cercana a Montevideo. Fue así que llegaron a pensar en construir en El Pinar.
Trabajó junto a su padre actuando como el cliente, lo que recuerda “fue muy divertido”.
“Nos entendíamos, nos apreciábamos y nos respetábamos enormemente. Cuando yo venía con ideas él tenía una cierta apreciación a lo que yo aportaba. Yo estaba enfocado en la viabilidad de un proyecto muy exigente desde el punto de vista económico, de llegar a un equilibrio de esas fuerzas, de tratar de generar un producto novedoso, innovador, que tiene la característica de ser como una casa pero en un departamento. Es un rompecabezas llegar a un esquema que se pueda construir bien y que funcione en el plan de negocios”, contó.
Una parte muy importante de los proyectos arquitectónicos, además del diseño, son los negocios, y Román aprendió mucho de negocios con Rafael.
Según dijo, su padre "tuvo mucho éxito no solo por su gran talento de diseño, también por su afán de trabajo y por la sensibilidad que tenía hacia la viabilidad de todos los negocios. Para él el vínculo con el cliente tenía la fuerza de una asociación, como si fuera un partner. Los diseños nunca los proponía sin entender el impacto financiero del proyecto".
Renders del proyecto de Rafael Viñoly.
Casas sobre la playa
Román actuó como el cliente en este caso, y le pidió al arquitecto, Rafael, un edificio de viviendas que fuera sustentable y diera la sensación “de estar en casa”. La base del proyecto tiene un concepto de “lujo consciente", que viene de la mano de la sostenibilidad y no de lo ostentoso, y describió al proyecto como "de proporciones generosas, una conexión con la naturaleza visual y física, una distribución de espacios funcional que brinda paz espiritual".
La obra –que se empezará a construir en 2024– estará de cara al mar y tendrá directo a la playa. Contará con es solares, un sistema de recuperación de agua de lluvia, aire acondicionado con tecnología de recuperación de energía y estaciones de carga para vehículos.
"Es lujo porque es sostenible, porque estamos hablando de un lugar único", aseguró el desarrollador, quien sostuvo que todas las obras "y cada vez más" deberían ser sostenibles.
El precio del metro cuadrado de esas casas será de entre US$ 3.000 y US$ 6.000. Los precios de las unidades partirán de US$ 270 mil (con un dormitorio) y alcanzarán los US$ 2.9 millones (con cinco dormitorios), en ambos casos las cocheras estarán incluidas.
Cada unidad tendrá patio con jardines con 40 cms de tierra, lo que permite plantar; piscina exterior; piscina interior; sauna; gimnasio; sala de yoga; microcine; parrilleros y salón de eventos.
El proyecto lleva el nombre de Médano El Pinar, y se pensó para integrarse al balneario, evitando generar mayores impactos para la vida de los vecinos, explicó Román. Una de las versiones iniciales del proyecto era una torre, que luego se transformó, "porque una torre de 30 pisos en El Pinar es un insulto a El Pinar", contó.
Renders del proyecto sobre la playa de El Pinar.
¿Se valoriza más hoy la obra de Viñoly?
Para Roman Viñoly, hoy en día la obra de su padre Rafael es más valorada que cuando estaba vivo. "Es el fenómeno de la escasez, ya no va a haber más obras de Rafael", dijo, además: "Su muerte cristaliza una trayectoria".
Sus casi 60 años de experiencia se nuclearon en este, su último proyecto, ponderó su hijo, y eso le dio un impulso a Román para asegurarse de que este edificio "se realice de la mejor manera posible para honrar su legado y toda esa experiencia".
"Cuando le pones un punto a una frase se resuelve el sentido de esa frase y la vida de mi padre fue una larguísima frase que llegó a tener un punto, el final de su trabajo. Eso impulsa una especie de retrospectiva que ilumina su genialidad, que está basada en la idea del diseño que no es frívolo, que tiene como mayor expectativa, un funcionamiento exitoso que eleva el propósito del edificio al nivel de la inspiración. Cuando entras al Aeropuerto de Carrasco te inspira a pensar que la humanidad es algo maravilloso y que hacemos cosas geniales. Esa capacidad de inspiración que tienen los edificios que diseñó mi padre se destaca y la gente está mas consciente de la característica de su obra ahora que falleció. es una pena pero las cosas son así", concluyó.