Salvo que haya alguna sorpresa, Luis Alberto Heber, Álvaro Delgado y Javier García serán quienes compitan por la silla más importante del directorio del Partido Nacional.
Como fichas de un dominó, las candidaturas terminaron de cerrarse esta semana en la que –también– se supo que Beatriz Argimón desistía de sus intenciones porque será nombrada como representante ante Unesco en París por el gobierno de Yamandú Orsi.
La noticia de la exvicepresidenta sorprendió y generó malestar entre los nacionalistas, no tanto por el fondo sino por la forma. Algunos entienden que hubiera sido bueno que avisara para “no enterarse por los diarios” mientras que otros señalan que la designación “en paquete” fue usada por la izquierda para “licuar” el impacto del nombramiento de Carolina Ache al frente de la embajada de Portugal.
Entre los blancos, la visión más extendida es que la designación obedece, principalmente, a la destacada relación previa que tiene con Mario Lubetkin, algo que pudo observarse en el período pasado cuando el Parlamento abrió sus puertas y alojó a buena parte de los eventos organizados por la FAO, donde el canciller era subdirector general.
De hecho, al ser homenajeado por la embajada de Italia en noviembre del año pasado, Lubetkin pidió que dos personas del sistema político fueran invitadas especialmente. Una era Argimón. El otro Yamandú Orsi.
Respecto al tema, los tres candidatos a presidir el directorio adoptaron posiciones diferentes. Mientras que Álvaro Delgado eligió el silencio, Javier García cuestionó la falta de consulta por parte del oficialismo. “Se consulta al partido, ¿o te metés en la casa del vecino sin tocar timbre?”, dijo en canal 10.
Luis Alberto Heber, en tanto, pidió “no irse de mambo” con las críticas y reconoció que le hubiera gustado la comunicación previa aunque la designación fuera personal. “Ella es muy emblemática, fue la vicepresidenta, no es cualquier miembro del partido”, señaló.
Los nacionalistas estiman que la efervescencia de las críticas –que tienen en Graciela Bianchi la máxima exponente– bajará en los próximos días y no ven dificultades en la aprobación de su venia. “El tema se encauzará”, dijo un legislador consultado.
El sector De Centro, al que pertenece Argimón, prevé el martes reunir a su ejecutivo y transmitirle su respaldo en la designación ya que no representará “al gobierno” sino al “Estado uruguayo”, dijeron fuentes del grupo a El Observador.
La agenda de ese día también incluye discutir el posicionamiento de cara a la elección del nuevo directorio. Si bien en Aire Fresco descuentan el apoyo a Delgado porque los sectores son “primos”, dirigentes consultados señalaron que no hay una posición preestablecida y que escucharán opiniones.
Este sábado, Alianza País confirmará la postulación de García con un acto en Durazno que tendrá un poco de balance y otro poco de lanzamiento de esa carrera por la presidencia blanca.
“Será una demostración de fuerzas, un acto potente”, dijo una fuente del sector. Esperan unas 600 personas. Habrá un análisis del ciclo electoral en el que se considerará que los resultados –más allá de la derrota– fueron “muy buenos” porque se transformaron en el grupo más votado en octubre y ganaron cuatro intendencias (Soriano, Flores, Durazno y Maldonado).
García prevé pasar “varios mensajes políticos” y comunicar que “acepta” ser candidato. Si bien en junio Alianza País obtuvo entre 160 y 180 convencionales –la misma cantidad que Aire Fresco–, el sector apuesta a captar una mayor cantidad.
Por estas horas, los operadores blancos cuentan la cantidad de respaldos que tiene cada uno y se aprestan a empezar a llamar uno por uno para determinar el estado de situación.
Rechazo a Ache
Los nacionalistas diferencian la designación de Argimón a la de Ache, cuya venia la mayoría se inclina por no votarla.
La nominación es interpretada como una vendetta ya que esa misión diplomática había sido reservada por la istración de Luis Lacalle Pou para Francisco Bustillo. Ante la resistencia que generaba el excanciller, Lacalle Pou intentó designarlo como embajador en Perú pero terminó retirando la venia por falta de acuerdo incluso en la propia coalición.
A su vez, dicen que es “incoherente” con el posicionamiento que tuvo el Frente Amplio respecto a la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
Los blancos recuerdan que la izquierda le cuestionaba haber recibido al abogado Alejandro Balbi y no haber reaccionado con mayor ímpetu ante el mensaje de Guillermo Maciel de que Marset era un narcotraficante “muy peligroso y pesado”.
También dicen que al haber grabado conversaciones privadas no tiene las credenciales suficientes como para ser representante del Estado uruguayo. “Ocultar deliberadamente información, no discernir la importancia de la misma y espiar grabando a sus superiores, son antecedentes suficientes para que no se reúnan las condiciones establecidas en la ley 19.841 referidas al estatuto del Servicio Exterior de la República”, escribió el senador Sebastián Da Silva.