Lubetkin recordó una situación "similar" ocurrida durante el primer periodo de gobierno del expresidente Tabaré Vázquez
El canciller de la República, Mario Lubetkin, reveló que con la polémica que se generó tras las designaciones de los embajadores sintió "cierta tristeza".
Consultado este martes por la elección de Carolina Ache como embajadora en Portugal, el canciller explicó que al igual que con Argimón, también con otras figuras, buscaron dar una "señal" al exterior de "fuerza".
"Para mí era muy importante dar una señal al exterior, y esa marca era que dentro de los 28 embajadores nombrábamos a dos exvicepresidentes, a un exprosecretario y una exvicecanciller. Olvidemos un minuto de los nombres, la fuerza que tiene eso en el mundo es enorme. Si a Uruguay, Italia o España nos mandara el vicepresidente. ¿Cómo lo leeríamos? Como una señal realmente fuerte. Eso es lo que estamos haciendo nosotros", aseveró en diálogo con Radio Sarandí.
"En el caso de Beatriz Argimón la mandamos a una instancia que tiene muchas líneas, que es Unesco y OCDE; y toda la parte de desarrollo, ojo, eh", explicó.
Sobre Ache explicó que él "desde el primer día" fue claro: "No sale al exterior quien tenga problemas con la Justicia". Por tanto, la política colorada fue designada, ya que "no tiene ningún problema" a nivel judicial.
"No tienen idea del impacto que tienen para países europeos, en este caso Portugal, que nosotros estamos mandando una exvicecaciller", dijo.
Finalmente, para cerrar el tema, recordó una situación "similar" ocurrida durante el primer periodo de gobierno del expresidente Tabaré Vázquez.
"Nombró como embajador en París a [Héctor] Gross Spiell, que había sido canciller del gobierno de Lacalle Herrera. ¡La discusión que hubo en aquel período! ¿Y saben qué? Los argumentos eran parecidos a los actuales. Se demostró luego que hizo una gran gestión en París. Entonces yo digo: dejen a estas personas que hagan la gestión y que demuestren que son capaces. Si no son capaces, yo asumo mi responsabilidad", cerró.