En los últimos días, y de acuerdo con lo informado por El Observador, un docente de Rivera fue condenado por un delito de incitación al odio, desprecio o violencia hacia determinadas personas luego de realizar en 2023 un discurso con expresiones racistas. Brenda Rodríguez Hernández, una de las denunciantes y alumna del profesor, brindó detalles del episodio y lo que le tocó vivir después.
El hombre fue condenado a una pena de ocho meses de prisión que podrá cumplir bajo régimen de libertad a prueba. Tendrá que realizar servicio comunitario dos horas por semana durante tres meses, presentarse en la seccional de su domicilio una vez a la semana y permanecer bajo vigilancia permanente de la Dirección Nacional de Medidas Alternativas (Dinama).
Los hechos que lo llevaron a dicha pena se produjeron el 11 de mayo de 2023, en el Polo Educativo Tecnológico Rivera, mientras estaba dando una clase.
Allí Martín Guadalupe de la Barrera dijo, entre otras cosas, que "a los negros hay que explotarlos" y que en su familia no contratan "más negros" porque "no son trabajadores".
"Mucho menos los negros brasileños de origen africano. Esos son más vagos aún, el brasileño cruza con gringo, ese sí es trabajador", expresó, según consta en la condena informada por El Observador.
"Al peón hay que explotarlo igual que al pobre y si no les gusta, hay que dejarlos morir de hambre", agregó.
Dichas expresiones fueron hechas ante un público estudiantil donde había uruguayos y brasileños, puesto que se trataba de un curso binacional.
Tras la condena, en entrevista con el programa Edición ilimitada, de canal 8, Brenda detalles todo lo que le tocó vivir desde el momento que denunció el episodio y hasta que finalmente el hombre fue juzgado.
"Sus dichos nos dejaron muy mal como estudiantes y como personas que nos estábamos formando", comenzó diciendo la joven.
"Después de lo que pasó, muchos nos retiramos calientes. Luego, nos juntamos y planteamos que había que denunciar porque no se podía permitir que una persona nos falte el respeto, no solo a nosotros, sino también a toda la comunidad", señaló.
Los jóvenes decidieron hacer una carta revelando lo ocurrido y esta le fue entregada a la directora del centro educativo.
"La directora tenía entre tres días y una semana para elevar la carta a otras autoridades y no lo hizo. Entonces, a la misma carta, le sacamos fotocopia y se la entregamos al inspector regional de UTU, Luis González. Ahí sí hubo un poco más de repercusión porque en ese caso no guardar la carta y la elevó a las autoridades correspondientes", comentó.
Tras esto, se realizó un sumario y llegó al departamento "jurídica de Montevideo" que hizo declarar a los alumnos frente al profesor.
"Cuando vino la abogada nos dijo: 'ustedes declaran acá y él va a estar detrás de ustedes, escuchando todo'. Imagínese que usted denuncia y pasa eso, tenés miedo", mencionó.
Dicho momento significó para ella y el resto de estudiantes una "tortura emocional y psicológica con todas las represalias que hubo".
La joven explicó que cuando le tocó declarar, el abogado del docente le mostró fotos de sus redes sociales y su familia, "como diciendo: 'mira que yo sé quién es tu familia y quién sos'".
Según explicó durante el proceso sufrieron mucho "hostigamiento" y "represalias" por parte de profesores -de algunas recibieron apoyo- y en su caso también de compañeros de trabajo, ya que además en ese momento trabajaba como funcionaria pública.
Además de la denuncia presentada contra el profesor, la joven llevó adelante otra contra la directora. "Me llamó en privado y me dijo que como funcionaria pública no podía denunciar nada", contó.
"Cumplí con mi derecho al haber denunciado. No hice nada malo. Sin embargo, en ese momento me hicieron creer que sí", añadió.
Tras esto, reveló que dicha situación la afectó también a nivel personal y familiar. "Vivimos mucha violencia psicológica y emocional. Andábamos todo el tiempo con miedo. Estuvimos al borde de la depresión, yo fui al psicólogo y al psiquiatra", afirmó.
Mientras se estaba investigando la denuncia, el profesor siguió trabajando. Producto del desgaste emocional de lo que pasó, tuvo que faltar en diversas ocasiones al trabajo y a clase. "Tuve un par de clases con él", comentó.
Una compañera de la joven que también denunció lo que ocurrió, sufrió en varias oportunidades "desmayos" o "ataques de pánico". "La salud mental estuvo en juego", aseguró.
En los momentos en lo que aconteció el hecho, Brenda estaba embarazada y producto de las consecuencias "emocionales" que estaba viviendo debió permanecer durante tres meses en el Hospital de Salto, debido a que terminó dando a luz tras apenas 27 semanas.
"Esto no fue un caso aislado, venía de hace muchos años. No solo en esta escuela, sino también en otros centros, como la Escuela Agraria de San Jaonda. Gurises que ya están egresados sufrieron por racismo y clasismo por el mismo docente", dijo.
"A un profesor también le decía cosas horribles porque era homosexual. Incluso hubo un episodio de violencia con cuchillos", añadió.