La polémica desatada por las recientes declaraciones de Ricardo Darín contra la medida del gobierno de Javier Milei sobre los dólares "del colchón" y el alto precio de las empanadas, ha dado pie a un fuerte cruce entre el actor y los funcionarios del oficialismo.
Mientras Darín expresaba su desconcierto por la medida económica y el costo de la vida, en particular de los alimentos, el presidente Milei y varios de sus colaboradores se lanzaron contra él, tildándolo de "ignorante" y "operador berreta" en un intento por desactivar la crítica del actor.
Pero la respuesta del Gobierno no se detuvo en las redes sociales, donde militantes oficialistas dispararon con dureza contra el actor, sino que también llegó desde las altas esferas. En un comunicado emitido por la Academia Nacional de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, se expresó un enérgico rechazo a las manifestaciones del gobierno que “desacreditan o ridiculizan a artistas y referentes de la cultura”.
En este contexto, la Academia defendió a Darín, advirtiendo que este tipo de agresiones públicas buscan silenciar las voces disidentes y crear un clima de autocensura en la comunidad artística.
El comunicado, firmado por la Comisión Directiva de la Academia, subraya que el ataque no solo tiene un componente personal hacia Darín, sino que actúa como un mecanismo de control más amplio, que pretende amedrentar a los artistas y frenar la libertad de expresión.
“El deterioro de la libertad de expresión afecta también la imagen internacional del país y limita el desarrollo de sectores creativos”, expresa la Academia, que resalta cómo este ataque a la cultura y el pensamiento libre daña las bases de una sociedad democrática.
Este tipo de episodios, advierte la Academia, no solo golpean a la figura pública que se ve atacada, sino que tienen un impacto más profundo, debilitando los pilares esenciales de la democracia y de la creación artística. En un país donde los conceptos de “libertad” y “cultura” parecen estar siendo vacíos de contenido, la Academia de Cine hizo un llamado a defender la libertad de expresión como un derecho fundamental que debe ser preservado, especialmente cuando se trata de voces que se alzan en la esfera pública.
La controversia, que comenzó como un debate sobre el precio de las empanadas y el manejo de los dólares en la economía argentina, ha puesto en evidencia la creciente polarización en el país, especialmente en torno a las figuras del arte y la cultura.
La respuesta de la Academia deja en claro que la postura del Gobierno frente a las críticas no solo se limita a una diferencia ideológica, sino que, según sus palabras, está en juego la autonomía y la libertad del pensamiento artístico en un contexto democrático.
En este clima de confrontación, la industria del cine y la cultura argentina se mantienen firmes en su defensa de la libertad de expresión. Mientras tanto, la figura de Darín, habitualmente reconocida en el ámbito nacional e internacional, sigue siendo un blanco de críticas, aunque también recibe el respaldo de quienes creen que su voz representa una parte esencial del debate democrático.
En medio de esta controversia, la Academia de Cine celebró días atrás la presentación oficial de los Premios Sur, que reconocerán a lo más destacado de la industria nacional del cine. Los premios, que se entregarán el 23 de julio en Córdoba, llegan en un momento complejo para la cultura en Argentina, marcada por la creciente confrontación entre el gobierno y los sectores creativos del país.