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4 de junio 2025 - 13:43hs

La Fiscalía de Estupefacientes continúa su investigación contra una banda dedicada a traficar hachís, que recibían escondido en envíos de encomiendas aéreas a través de Estados Unidos y que tenían como destino Brasil, con Uruguay como "país intermediario" para el tráfico entre ambos países.

Este martes se realizaron tres audiencias en el marco de este caso, llamado "Operación Fortuna", investigado por el fiscal Rodrigo Morosoli. En ellas una mujer fue condenada como una de las responsables de recibir un envío de droga, y se prorrogaron las medidas cautelares contra una madre y un hijo detenidos en otro envío, y contra tres brasileños que operaban como el nexo entre Uruguay y Brasil, confirmó El Observador.

En total, la investigación lleva cinco personas condenadas a través de procesos abreviados y seis imputados. También hay un prófugo: un hombre residente de Rocha que llevaba la droga a Brasil y captaba "mulas" para recibir la droga.

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Fuentes del caso indicaron a El Observador que aunque las cargas de droga encontradas en contenedores de barco son las que se llevan los focos, muchas veces por su tamaño, el tráfico a través de "cargas postales aéreas" es "más redituable", aún con cargas mucho más pequeñas.

Según un informe de la istración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) de 2023, compartido a El Observador, el kilo de cocaína vale alrededor de US$ 50.000 en distintos puntos de Europa y alcanza los US$ 86.000 en Asia, dos puntos a los que los uruguayos implicados en este tipo de encargos realizan más envíos de droga. El costo de realizar estos envíos no es alto en comparación con el posible beneficio que pueden obtener.

Por todo esto, las fuentes entienden que esta modalidad está "en auge", y cada vez son más las formas en las que se esconde la droga: las autoridades uruguayas han encontrado sustancias escondidas en tablas de surf, percudidas de forma líquida en la ropa para su posterior procesamiento, y hasta en "botones de ropa".

En ese sentido, destacaron que el nivel de incautaciones en las cargas postales ha mejorado en el último tiempo gracias al trabajo de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA).

Hachís en parlantes Fender que llegaban de California

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Hachís encontrado en otros parlantes enviados desde California

Hachís encontrado en otros parlantes enviados desde California

Fiscalía comenzó su investigación a mediados de 2024 y tuvo una de sus primeras intervenciones el 27 de enero, cuando funcionarios de Aduanas apostados en las oficinas del viejo Aeropuerto de Carrasco –hoy utilizado como terminal de cargas al que llegan los envíos aéreos– reportaron que habían identificado dos paquetes provenientes de California, Estados Unidos, con carga sospechosa.

Según consignó el fiscal Morosoli en una audiencia realizada el pasado 31 de enero, a la que accedió El Observador, los envíos llevaban, en apariencia, dos parlantes Fender. Sin embargo, su interior fue modificado y adentro contenían seis kilos de hachís en cada uno. El funcionario indicó ante el juez de Crimen Organizado, Diego González, que el peso normal de estos dispositivos es de 9,5 kilos, pero las cargas pesaban casi 18 kilos.

Tres días después, los dos remitentes de estos paquetes recibieron otro envío proveniente de la misma ciudad estadounidense, junto con otras dos personas que también tenían en espera otro bulto similar.

Aduanas advirtió a la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), que detuvo a los cuatro implicados (una mujer y tres hombres) y al conductor del auto en el que estaban colocando los tres envíos cuando llegaron los oficiales, acompañados de canes que detectaron la presencia de drogas.

Morosoli explicó que los funcionarios de la DNA dejaron a los cuatro sospechosos salir con las cargas ya que estas estaban "selladas", por lo que permitieron que continuaran y se comunicaron con la Policía para que los detuviera en el lugar. Luego las autoridades inspeccionaron los tres paquetes: en cada uno había, nuevamente, un parlante Fender con cerca de seis kilos de hachís. Entre los cinco parlantes encontraron 30 kilos de esa droga.

Los cinco detenidos fueron imputados con 120 días de prisión preventiva. La mujer y uno de los hombres fueron formalizados por dos delitos de "importación" de estupefacientes, uno de ellos en grado de tentativa. Los otros dos implicados que recibieron paquetes fueron imputados por un crimen de "importación", mientras que el conductor del auto fue señalado como coautor de un delito de la misma calificación.

En su solicitud de las medidas cautelares, Morosoli afirmó que existía un "peligro de entorpecimiento" si los implicados no iban a prisión de forma preventiva, ya que "podrían comunicarse con integrantes de la organización" para la que habían recogido la droga.

A pesar de que todavía no tenían pruebas claras de la existencia de un grupo delictivo, el fiscal remarcó que "para una importación de este tamaño debe existir una logística". Además, desde la Dgrtid tenían indicios de que la droga tenía como "destino final" la "triple frontera".

Cuatro de los cinco imputados en esa audiencia fueron condenados en los meses posteriores, todos a través de procesos abreviados. Uno de ellos pasará cuatro años en prisión por los delitos de importación de drogas y organización criminal, ya que se comprobó que captó a personas para integrar la banda.

En tanto, los otros tres fueron condenados a tres años de cárcel por el crimen de importación, con el agravante de haber cometido ese delito integrando un grupo criminal.

El conductor del auto continúa en prisión preventiva y su defensa tiene la intención de llevar su caso a juicio oral. En la audiencia de enero su abogada indicó que él estaba trabajando como "chofer" contratado cuando fue detenido, y desconocía la carga que llevaban sus pasajeros. Sin embargo, fuentes del caso marcaron que existen varias pruebas que lo vinculan a la organización.

La "entrega vigilada" que permitió la captura de tres brasileños

Tras las detenciones de fines de enero, Fiscalía continuó investigando a la banda. En febrero, recibieron una nueva alerta de la DNA por un envío sospechoso que llegó de California. Era, otra vez, un parlante con hachís, que fue retirado por una mujer.

En ese caso, la Fiscalía y la Policía decidieron realizar una "entrega vigilada", que implica permitir que las personas se lleven los paquetes ilegales sin intervención alguna para así llegar a través de su rastreo a los mandos superiores de las organizaciones. Fuentes del caso indicaron que aunque en algunos casos se permite que las "mulas" se lleven la droga, en este caso las autoridades sustituyeron la carga por "arena".

La Policía siguió el rastro de la carga hasta Rocha, donde fue recibido por tres ciudadanos brasileños. Cuando se percataron de la presencia de oficiales intentaron huir y hasta rompieron y tiraron el parlante por la calle, pero fueron rápidamente atrapados, al igual que la mujer que llevó el paquete.

Los tres extranjeros eran los encargados de recibir el hachís en Rocha para coordinar su salida a Brasil, que según fuentes del caso es el principal mercado de esa droga en América. Hay otro ciudadano de esa localidad que también formaba parte de esa operativa, y que además captaba "mulas" para la banda, que está prófugo.

Los brasileños permanecen imputados en prisión preventiva, todos formalizados por un delito de importación de sustancias, mientras que la mujer que les transportó la droga con la que fueron encontrados fue condenada este martes por el mismo crimen, también con el agravante de integrar una organización criminal.

Por otra parte, en febrero una madre y un hijo fueron detenidos en la zona del viejo aeropuerto cuando retiraban otro paquete con hachís con las mismas características que las anteriores. Ambos siguen desde entonces en prisión preventiva.

Además, fuentes del caso indicaron que las autoridades uruguayas se mantienen en o con la DEA de Estados Unidos y la Policía Federal de Brasil, con el fin de cooperar para la búsqueda de implicados en la operativa de la banda que residen en esos países.

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