La Fiscalía investiga si los tres autos venían corriendo una picada, mientras que la defensa del joven de 26 años intentará demostrar lo contrario
La Fiscalía a cargo de Silvia Pérez logró imputar el pasado martes al joven de 26 años que atropelló y mató a una pareja en la zona de Buceo.
El hecho se dio el domingo, sobre las 21:00 horas, cuando las víctimas –una mujer de 57 años y un hombre de 66– cruzaban la avenida José Batlle y Ordóñez (ex Propios) por la calle Neyra.
Según el informe primario del Departamento de Accidentología de la Policía, el ahora imputado circulaba a más de 120 kilómetros por hora en un BMW y frenó en los últimos metros antes de impactar contra el Chevrolet Corsa en el que iban ambos fallecidos.
En la audiencia que se celebró el pasado martes, la fiscal Pérez puso especial hincapié en la velocidad a la que circulaba el joven, como un efecto determinante del fatal desenlace del hecho.
Hasta el momento, destacó la fiscal, es el elemento más firme que tienen con respecto al hecho y “no es menor”. La velocidad exacta no se pudo establecer, pero la pericia primaria estima que la computadora del BMW registró alrededor de 128 km/h.
En la instancia judicial se mencionó una de las teorías que tiene el Ministerio Público con respecto al accidente y hace foco en la posibilidad de que el imputado –junto a los otros dos choferes que iban detrás– estaban corriendo una picada.
Por otro lado, la defensa del acusado a cargo de Marcos Prieto niega esto y como muestra aseguró que su cliente pondrá a disposición su celular con el fin de dejar en claro que tanto él como sus otros dos “conocidos” no habían organizado una carrera ilegal.
Los tres vehículos se dirigían a la rambla de Buceo y, en determinado momento, “aprovecharon” un tramo de Propios que no tiene semáforos para acelerar los autos. Prieto indicó que no esto “no demuestra” que estuviera corriendo una picada.
Sin embargo, por los movimientos agresivos que hicieron los conductores y la velocidad a la que circulaban, para el Ministerio Público hay elementos que pueden hacer pensar que estaban compitiendo en plena avenida montevideana.
Además de la pericia primaria, la Policía trazó parte del recorrido que hizo el BMW antes de chocar. Otro de los aspectos que restan es tener imágenes de otras zonas por las que pasaron los autos, con el fin de determinar si la alta velocidad a la que circulaban fue durante todo el recorrido o solo unos metros antes de llegar a la calle Neyra.
En la audiencia, se dejó en claro que el joven imputado vio cuando el Corsa estaba cruzando por Propios sin embargo “se confió” de que el auto ocupado por la pareja liberaría el carril antes de que él llegara con su BMW.
De hecho, en el video que tiene la Policía se ve cómo el conductor hace juego de luces varias veces. Cuando nota que el Corsa aún no había cruzado, se cambia de carril y comienza a frenar, sin lograr evitar el impacto.
El acusado no “clavó los frenos” porque eso implicaba que los otros dos autos terminarían chocando por alcance contra el de él. De hecho, en las imágenes se aprecia cómo los otros vehículos iban muy cerca del BMW.
El conductor pensó que el fallecido no iba a cruzar y frenaría hasta dejarlo pasar. Al ver que esto no sucedía, pese a los insistentes cambios de luces, decidió cambiarse de carril para pasarlo por delante y allí es cuando termina chocándolo.
Otro de los puntos que será tenido en cuenta es la velocidad en la que el auto cruzó Propios, siendo un factor a tener en cuenta el hecho de que en determinado momento se detuvo y quedó en medio de la avenida.
Prieto advirtió que la forma en la que cruzó el Corsa puede considerarse como una imprudencia y en el informe final de Accidentología podría aparecer como uno de los puntos que provocaron el siniestro.
“Eso podría venir en el informe final. La forma en la que cruza es llamativa. Si la velocidad del auto de las víctimas hubiera sido otra, capaz que no estaríamos hablando de esto. No niego la velocidad a la que circulaba mi cliente, pero lo anterior es parte de las razones que impulsó el siniestro”, indicó el abogado.
Prieto considera que la velocidad a la que circulaba su cliente y el cambio de carril fueron las dos grandes malas decisiones que tomó el joven de 26 años. “Si no hubiera movido el volante, zafaba. Pero él decide querer sortearlo por delante y le termina pegando en la mitad del auto”, sostuvo.